De acuerdo con la nutricionista Carmen Montenegro, el sodio es un compuesto presente en la mayoría de los alimentos. Desde los embutidos hasta algunos jugos e, incluso, el vino contienen esta sustancia.
Según la especialista, al momento de realizar el supermercado, lo ideal es escoger productos que contengan menos de 130 miligramos de sodio por cada porción de consumo.
Para la dietista, otro elemento de cuidado son los edulcorantes en sus distintas variedades: aspartame, sucralosa o acesulfame, por ejemplo, ya “que podrían ocasionar migrañas”, dice.
Un artículo, publicado en agosto de 2013 por el diario chileno La Tercera, explica que sustancias como el aspartame, utilizado en algunas bebidas y alimentos como el yogur, y en confites como el chicle, no deberían ser consumidas por personas que sufren de dolores de cabeza o fibromialgia, pues favorece los cuadros de dolor.
Con ello concuerda la nutricionista, quien señala que no todos toleran el producto y, por consiguiente, suelen desarrollar algunas alergias.
Un caso común, señala Montenegro, es la lactosa, conocida también como la “azúcar de la leche”, y cuya intolerancia es bastante común en el istmo.
BEBIDAS ISOTÓNICAS
Los refrescos hidratantes o deportivos contienen además de sodio azúcar, que podría interrumpir su régimen alimenticio y hacerle ganar peso.
Algunas marcas incluyen edulcorantes en su preparado, además de otros componentes cuya ingesta no es necesaria. “A menos que sea un deportista de entrenamiento regular o intenso”, afirma Montenegro.
“Estas bebidas ayudan a reponer energía; es decir, los carbohidratos que se pierden durante un entrenamiento de dos horas consecutivas o más, como el sodio, el magnesio y el potasio”, continúa la especialista.
ALERGIAS Y RIESGOS
Los colorantes artificiales también son responsables de alergias y caries y, en algunos casos, de tumores, cuenta la nutricionista.
Algunos refrescos, gaseosas y snacks que consumen los niños como papitas, algunas galletas y nachos, comúnmente utilizan colorantes y aditivos relacionados con problemas de hiperactividad infantil.
Un estudio de 2007, realizado por científicos de la universidad inglesa de Southampton, desveló que colorantes encontrados en marcas de sodas y nachos populares intensifican la hiperactividad en los pequeños, “incluso, en aquellos que no sufren de ese trastorno”, dice el reporte.
Igualmente, otros productos como determinados quesos en rebanadas, cremas artificiales para el café, galletas dulces y jugos dietéticos contienen aceite de maíz hidrogenizado (grasas trans) y sirope de maíz, citados por los galenos como causantes de obesidad, diabetes y colesterol alto.
“Lo ideal es consumir alimentos frescos”, recomienda Montenegro, quien recalca la necesidad de ingerir consumibles locales en lugar de los procesados importados.
“En caso contrario, debemos comenzar a leer las etiquetas de los alimentos y empaparnos sobre los ingredientes y porciones adecuadas para consumir”, añade.
La ingesta de comestibles con exceso de aditivos podría a la larga ocasionar alergias cutáneas como erupciones en la piel, urticaria, eccemas y padecimientos como edemas y complicaciones respiratorias.
Igualmente, “el abuso de bocados altos en conservantes y antioxidantes, como el ácido cítrico, podrían resultar en cuadros de acidez, reflujo, dispepsia e, incluso, complicar una gastritis”, señala la especialista, quien recalca que esto, acompañado de otras condiciones desfavorables como el estrés y el sedentarismo, podría degradar la calidad de vida del individuo.
