La corrección en el uso de la lengua hablada no solo es expresar lo que pensamos con cierto orden y conformarse con una regular propiedad, sino tener el cuidado y la disposición mental para hacerlo cada día mejor. La lectura y el conocimiento de las normas que rigen nuestro idioma son imprescindibles.
La comunicación efectiva es sumamente valiosa en el desempeño laboral y en el social. Por ejemplo, si al hablar convertimos la s en h aspirada o suprimimos letras en final de sílabas y vocablos, no solo cometemos una falta importante, sino que no hay buena comunicación y se debilita la fluidez del diálogo; además, empobrece nuestra personalidad ante otros. Vámonos no debe sonar “vámonoh”; ni perdimos, “perdimoh”; ni estudiado, estudia´o; ni alelado, alela´o.
Pero, cuidado, cometer el error contrario también daña nuestra expresión oral y desmerece nuestra personalidad. Por esnobismo (de “snob: sin “nobility”, “que carece de nobleza”), intento exagerado de pasar por lo que no se es; por ejemplo, al tratar de demostrar que se es muy culto, puede caerse en la ultracorrección: propensión a generalizar reglas del español de modo incorrecto, DRAE: “Deformación de una palabra por equivocado prurito de corrección, según el modelo de otras”. Quien no conoce la norma, puede decir rezastes, aguardastes, dijistes; ya que quizás considere que el verbo en la segunda persona del singular (tú) debe conjugarse como en la segunda del plural nosotros: rezamos, aguardamos, dijimos.
Igualmente, añadir a un sustantivo una terminación que nos “suene” más culta puede ser un error, por ejemplo decir bacalado en vez de bacalao. Aunque es una clase de pescado, su nombre no comparte la terminación de este sustantivo. Curiosidad: al pequeño envoltorio de hierbas especiales para condimentar comidas muy común en la cocina panameña se llama reca´o verde, sería esnobismo llamarle recado verde.
La Academia dice: Cuidado, tan mal está cometer los errores comunes al hablar, que usar ultracorrecciones: no diga comistes, lavastes, vinistes, esperastes... No llevan s al final; diga comiste, lavaste, viniste, esperaste.
