Un equipo de la Universidad de Harvard y del Hospital Infantil de Boston creó una funda robótica que puede ajustarse a un corazón enfermo y apretarlo suavemente para que siga bombeando. Ya se ha probado en animales, y ha mejorado el flujo sanguíneo en cerdos.
La funda se puede acoplar bien a las superficies irregulares del corazón. Se mueve gracias a músculos artificiales y es impulsada por aire presurizado, que tendría que ser contenido en una bomba en una mochila o en una bolsa alrededor de la cintura.

