‘Parapetar’—y su derivado ‘emparapetado’— significan: “Resguardar con parapetos u otra cosa que supla la falta de estos”. Y el ‘parapeto’ es “una pared o un terraplén”.
Pero ‘emparamentar’ significa: “Adornar con paramentos”. ‘Paramento’ es “atavío con que se cubre algo”. Ejemplo: “Emparamentar’ las paredes con colgaduras”.
Estamos acostumbrados a decir o escuchar: “Eso lo pagué con mi pecunio”. El Diccionario de la lengua española registra ‘peculio’: “Dinero y bienes propios de cada persona”. Ejemplo: “Eso lo pagué con mi ‘peculio”.
Usamos la locución ‘de repente’ como sinónimo de ‘de pronto’. Por ejemplo: “Llámame al mediodía; ‘de repente’ puedo ayudarte con ese trámite”. Pero lo cierto es que ‘de repente’ significa “súbitamente, sin preparación, sin discurrir o pensar”. Ejemplo: “Estaba escuchando música y ‘de repente’ el radio se apagó”.
Aunque el único verbo que usamos relacionado con el baño, el lavado o situaciones similares es el verbo ‘restregar’, también existe el verbo ‘estregar’ con igual significado. Ejemplo: “Tuve que ‘estregar’ la ropa para sacar la mancha”.
Puedo escribir ‘remplazar’ o ‘reemplazar’; ‘reembolsar’ y ‘rembolsar’; pero únicamente es válido escribir ‘restablecer’ (con una e y no con dos).
La palabra ‘carnet’ ya fue españolizada y su escritura correspondiente en español es ‘carné’ (plural: ‘carnés’).
También puedo decir ‘jabonar’ o ‘enjabonar’ con el mismo significado. Y, sin embargo, cambian de significado ‘numerar’ («marcar con números») y ‘enumerar’ (“enunciar sucesiva y ordenadamente las partes de un conjunto”). Hay gente que rechaza que se pueda decir: “Siga recto y después gire a la izquierda”. Alegan que ‘recto’ es palabra de la anatomía humana y animal. Sí. Pero ‘recto’ (cuando se habla de dirección), también significa, según la Academia: “Dicho del movimiento o de una cosa que se mueve: Que va sin desviarse al punto donde se dirige”.
La Academia dice: El idioma presenta variantes en la forma de sus palabras y estas, a su vez, tienen significados por asociación, comparación o debidos a la propia creatividad de los hablantes, que son quienes hacen la lengua.
