Uno mismo se atropella, y, de sorpresa, zas, se precipita el tanganazo, como si se tratara de un gigante descarrillado que, atacándote, te provoca un chichón.
Se piensa que su origen está en el juego “tángano”, con golpes suaves encaminados a derribar, con tangos, unos discos pequeños, ya sea un bolo o un cilindro. “Tángano”, hermano mayor y básico del popular juego de bolos.
Se amplía la acción, en la realidad y en la mente, y se le adiciona el sufijo “azo”, tan cinematográfico, y empleado en nuestros lares, con sentido apabullante, casi de desastre, como en “carnavalazo”, cuando el “juegavivo” (una sola palabra) oficial hace de las suyas aprovechándose del adormecimiento precarnavalero.
Ese “tanganazo” surca por las aguas caribeñas, y aparece, en Venezuela, con el sentido de golpe fuerte, como en Panamá, pero no transportado por los nuevos migrantes. Y en Colombia, se liga al ambiente festivo, designándolo al trago largo de bebida alcohólica. (Echarse un tanganazo. Que te deja turulato).
Es una colisión fortísima (ese adjetivo superlativo no es “fuertesímo”). Mameyazo, de mamey; guabanazo, de guaba; pencazo, golpetazo, tucazo, porrazo. Es recontramatarse, sin morir.
De bruces. Irse de boca. Modismo. Frase preposicional. En jerga callejera: “sacarse la ñec”.
Martillar la sintaxis. Usan sustantivos colectivos femeninos y el adjetivo lo expresan en masculino, Hay que sintonizarlo. Escucho en la tele: ‘Las personas están involucrados’. Lo correcto: ‘Las personas están involucradas’.
Primer/primera. Hablando de numerales ordinales y su género, gente cree que es muy chic (porque precisamente donde más lo he escuchado es en ese contexto de discursito ONG rebuscado) no utilizar el femenino de primero, y decir “la primer”. Me enervan, sobre todo por eso, porque en situaciones coloquiales, la mayoría sigue diciendo: “la primera casa a la derecha”. Hoy oye a muchos hablando de “la primer cumbre”. Lo correcto: “la primera cumbre…”.
Afrodescendientes. Descienden de tribus africanas. En el periodo de la colonización, llegaron de África, como esclavos, en una de las transacciones más hediondas de la humanidad. Para la construcción del Canal, hace 100 años, descendientes de africanos llegaron desde las Antillas, sobre todo de Jamaica y Barbados. De una u otra ola migratoria, se trata de negros afrodescendientes. Criollos los tildan de “morenos”, no obstante esos afros prefieren ser llamados de “negros”.
La diferencia de “negro” o “chombo” es por su origen directo africano, el primero, o antillano, el segundo, chombo o negro es una diferencia que hacen entre ellos por su origen colonial o antillano. No deben usarse para discriminar ni en sentido peyorativo.
“Mulato”, derivado de “mula”, es mezcla de blanco con negra o negro con blanca. Se ha impuesto en nuestro medio el término “moreno” y “trigueño”, derivado de trigo.
Transdisciplinar/transdisciplinario: “Trans-“ es un prefijo que significa “a través” (transporte, transmisión). A veces se alterna con la forma tras-. Por usos con talón de Aquiles y traducciones poco profesionales, adopta otro carácter que, no obstante, es válido. “Transdisciplinares” son aquellas formas de investigación integradoras. O dicho de otra forma: un conocimiento alcanzado más allá de las disciplinas en juego. Surge, para decirlo de una manera, un carácter emergente como disciplina.
Hay una relación con “interdisciplinario” o “interdisciplinar”, donde el campo de estudio cruza los límites tradicionales entre disciplinas académicas o escuelas de pensamiento con la finalidad de resolver determinadas hipótesis. Están de moda esos estudios.
“Inter-“, como prefijo, significa “en medio” o “entre varios”. Esta última acepción se ajusta más al sentido de este vocablo.