Varios países del mundo hoy 2 de noviembre celebran o recuerdan a los fallecidos. En Panamá, por ejemplo, los deudos llevan ofrendas florales a las tumbas y limpian la morada de sus seres queridos, recuerdan su vida y legado.
Mientras que en México la fecha se ha convertido en una fiesta que traspasa fronteras.
Más allá de las conocidas catrinas, calaveritas de azúcar y la vistosidad, el día de muertos mexicano es una celebración en que se le rinde honor a la mezcla de culturas, a las raíces indígenas y a la vida.
“Es una creencia nativa de México y el concepto diferente que tenía nuestra cultura prehispánica sobre la muerte. Nosotros vemos la muerte como un paso hacia “la otra vida”, que no sabemos si existe o no, pero en las tradiciones sí había una creencia profunda de que se iba a otro estado, a otra escala de la vida por la reencarnación ”, explicó el embajador de México en Panamá Luis Manuel López Moreno.
Altar de días de muertos
Sostuvo que la unión entre esas creencias indígenas, mezcladas con las llevadas por los españoles durante la colonización, donde según las creencias cristianas la muerte tampoco significa el fin de un ser, es lo que da forma a las actuales celebraciones de día de muertos.
“Esta combinación de las culturas españolas y la mexicanas es el símbolo más importante de lo que somos los mexicano”, comentó.

Pero ¿de qué trata el día de muertos?
Es una celebración que comienza desde los últimos días de octubre con distintas actividades como procesiones, desfiles y ofrendas. Siendo quizás el desfile del 2 de noviembre el más grande y popular, y que llevó a esta celebración a aún más público internacional gracias la película James Bond: Spectre (2015).
Además de mantener la costumbre de visitar las tumbas de los difuntos y limpiarlas, también se preparan altares que son comunes ver en casas, edificios, plazas y lugares públicos, y aunque tradicionalmente estos altares debían contar con siete niveles, que representan los pasos que debe cubrir el alma para poder descansar, hoy para muchos solo basta con hacerle un lugar especial sin importar su tamaño.

“A nosotros se nos enseñan desde pequeños que desde el 1 de noviembre se hace un altar, una conmemoración para los niños, y el día 2 de noviembre para los muertos grandes, con especial significado, lo hacemos ya como algo intrínseco de nosotros, como una pertenencia, donde se nos inculca que los muertos volverán, que tienen como el permiso de volver al mundo terrenal y visitar a los deudos, a quienes lo recordamos”, sostuvo López Moreno.
En algunos sitios como el pueblo de San Andrés Mixquic, los cementerios se llenan de velas, flores, comida y música, y es común ver turistas presenciado la celebración.
“Nosotros no celebramos la muerte como tal, celebramos el ambiente de volverlo a traer a nuestros seres queridos, a recordarlos, para que siempre estén presente con nosotros”, aclaró el embajador de México en Panamá.
