Cuando la coreógrafa de origen italiano Eleonora Leo Dall’Asta ganó una convocatoria de la Fundación Espacio Creativo (FEC) para sacar adelante su proyecto artístico Volar en la ciudad, quiso rodearse de dos talentos nacionales: la bailarina Ana Delia Gudiño y el músico Stanley Staff.
La primera sería su cómplice para desplazarse sobre cuerdas, barras de metal, y así, de forma repetitiva, burlar la gravedad en el rectangular Cuarto Rojo, en calle 5ª oeste, Casco Antiguo.
El segundo, a son de guitarra, daría contexto a una obra que intenta dibujar nuevas formas con el movimiento corporal sobre las estructuras representativas de la metrópoli panameña predispuestas en sombras en la escena.
Staff pasó semanas sumergido en la investigación, tomando notas, proponiendo ideas y a la vez haciendo correcciones, acordando sobre el volumen auditivo, de cómo quedaría la composición final para dar un contexto al trabajo de las dos bailarinas en un recorrido dancístico y maratónico de 126 minutos.
El reto consistía en “cómo reflejar un concepto abstracto en la música”, indica Staff, que a sus 22 años ha sido estudiante de la Fundación Danilo Pérez y cursa el tercer año de la licenciatura musical en la Universidad de Panamá.
MONTAJE Y DESARROLLO
Leo Dall’Asta, por su parte, había concebido su espectáculo dividido en tres secciones. La de inicio la llamó “Flotar”, la siguiente, “Imágenes sobre la ciudad”, y la tercera es “Despegue”.
Staff compuso la música exclusiva para la primera (“Flotar”) y para la última pieza (“Despegue”).
En “Flotar” el ambiente se torna sereno. “Vamos creando imágenes surrealistas desde varios ángulos y dimensiones, y de alguna manera se intercambia lo que uno ve por lo que uno se imagina”, describe de su montaje mudo, donde la comunicación se expresa con los movimientos.
Volar en la ciudad consume 10 minutos y no es más que descubrir las diferentes sensaciones a las que se somete el individuo en una urbe: calma, estrés, rapidez, inmovilidad, pausa.
“Se emplean elementos como cuerdas [una docena], de varias longitudes y tamaños, interconectadas entre sí por medio de diferentes puntos de anclaje en columnas y vigas. La red da por resultado el origen de una pluralidad de nuevos espacios. Los dos cuerpos tenderán a recorrer en diversos sentidos o en direcciones encontradas estos espacios a propósito, la coreógrafa italiana, quien también lleva siete años de residir y explorar la ciudad istmeña.
SECCIONES
Cada sección se distinguirá de otra con el encendido de luces. Esta acción orientará al público con respecto a las escenas.
La de “Despegue”, que por su nombre pareciera ser el final, pero en realidad es la continuidad de las dos anteriores, puesto que la apuesta consiste en triplicar los tiempos de las piezas en orden cronológico.
Despegue, que viene fungiendo de enlace -por 10 minutos-, “comienza en el piso, viaja por el aire y sigue un recorrido circular que se repite. Se explora el concepto de despegar: llegar a algún lugar... y tratar de relacionarse o no con todo lo que ocurre en el medio, antes de hallar el punto final”, argumenta la coreógrafa, ganadora en 2016 del Fondo Iberescena con la propuesta “Arbórea”, desarrollada junto con la compañía finlandesa Ilmatila.
Sin bien el montaje está salpicado de danza aérea y contemporánea, también se inserta la improvisación, lo que deja una buena dosis de prácticas “más experimentales y menos técnicas”, plantea la bailarina.
ELEMENTO ALTERNATIVO
El montaje se puede observar incluso desde una ventana del inmueble, anticipa Leo Dall’Asta, sobre la excentricidad de lo alternativo.
El Cuarto Rojo también ha sido dividido en tres segmentos para esta ocasión.
Los visitantes se podrán distribuir en grupos para visualizar el espectáculo.
Volar en la ciudad cumple con el rol de una instalación porque se interviene un lugar específico a través del arte.
“Es como si alguien asistiera a un museo a ver muestras, cuadros, pero lo que van a encontrar es danza aérea”, asegura.
La propuesta artística también es un performance, porque involucra elementos de improvisación, agrega.
Con el final de Volar en la ciudad, esta noche, empieza una nueva etapa para la compañía La Tribu Performance, que se prepara para la presentación en junio próximo de un espectáculo similar en Brasilia, tras haber ganado una convocatoria del fondo cultural del Banco Caixa de Brasil con este concepto.