El administrador de empresas, Carlos Chiari, recuerda que etimológicamente hablando educación viene del latín educere, que significa “sacar de adentro”. Por lo que la meta formativa debería tener como meta sacar lo mejor de cada ser humano, aunque esto, dice, no se cumple por completo en Panamá.
Chiari ofrecerá hoy viernes a las 6:30 p.m. la conferencia: “Educir, una educación integral para jóvenes completos”, en el salón La Ballesta de la Universidad Tecnológica Oteima de la ciudad chiricana de David.
Este evento, de entrada libre, es organizado por la citada casa de estudios superiores, así como por la asociación cultural Nueva Acrópolis y Culturama.
¿Qué relación existe entre filosofía y educación?
Históricamente, la filosofía a la manera clásica siempre estuvo relacionada con la educación: buenos ejemplos son las llamadas escuelas presocráticas, la mayéutica de Sócrates – quien a través del diálogo con sus discípulos buscaba “educir” el alma de los mismos -, la academia de Platón y el liceo de Aristóteles. En este sentido, uno de los ideales de la filosofía es encontrar el ser de las cosas, diferenciar lo auténtico de lo aparente. Así, para la filosofía siempre ha sido importante descubrir qué es aquello que nos hace auténticamente humanos.
¿Qué busca y qué debería buscar la educación?
En un contexto actual, todo proyecto de educación tiene como sustrato una propuesta ideológica que sustenta un proyecto de hombre/mujer que queremos formar. Hoy, la educación busca por encima de cualquier otra cosa preparar empleados, obreros, profesionales. Su sustrato ideológico es materialista, mercantilista, consumista. Así, la filosofía es fundamental para que podamos revisar ese sustrato y reflexionar si esa es la propuesta ideológica que nos interesa como base de la educación de los jóvenes.
VÍCTIMAS Y HÉROES
¿Cómo evalúa la educación nacional?
Deja mucho que desear. No es víctima de los males sociales que nos aquejan como país, sino que es un instrumento diseñado y utilizado para perpetuar la situación social del país. Cuando uno escucha hablar a la gente que es parte de los llamados “círculos 0” de los que dirigen este país se da cuenta de que muchos, demasiados, están convencidos de que al pueblo no hay que educarlo. Los educadores, algunos cómplices, otros víctimas del sistema, sumisamente participan en este proyecto de inmovilismo que es la educación nacional. No faltan los héroes y heroínas que genuinamente tratan de invertir la tendencia.
¿Qué aspectos deben mejorarse en la educación?
Lo primero sería separarla de la politiquería y de la dependencia financiera. Puesto que la educación libera o condena a generaciones de jóvenes que serán adultos en pocos años y que es una labor que hay que sostener por 15 a 20 años antes de que se observen los resultados, hay que hacer con ella algo similar a lo que se hizo con el Canal de Panamá: crear una Autoridad de la Educación en Panamá.
¿Cómo sería esa Autoridad de Educación?
De ser por mandato constitucional y debe estar al margen de la política partidista; que tenga presupuesto propio, cuyo rector sea escogido basado en méritos y por 10 años; que rija sobre las estrategias educativas y culturales del país (entendiendo que la cultura endocultura y forma o deforma a los consumidores de medios televisivos, etcétera); que asegure y premie a los educadores que se preparan continuamente; que garantice un salario digno a los educadores, de modo que puedan dedicarse con exclusividad a esta vocación.
¿Cuánta responsabilidad tienen las administraciones del Gobierno en la situación presente de la educación?
Completa. Muchos están conformes con mantener el statu quo, aunque de dientes para fuera expresen otra cosa. Un gobierno no es solo un administrador, debe ser la conciencia del Estado, que actúe en función de los más altos intereses del pueblo y del bien común. Solo el Gobierno puede convocar a todos los actores nacionales en un proyecto de bien común. Es crucial que el Gobierno también realice el primer y fundamental acto de educación: dar el ejemplo. Mientras el pueblo pueda decir: “Si los gobernantes roban, ¿por qué yo voy a cumplir la Ley?” será inútil cualquier proyecto nacional de educación.
