Entre los años 700 y 1000 d.C., El Caño, en Coclé, era la sede de rituales funerarios de quienes tenían más riquezas.
Los cuerpos eran despedidos y sepultados con piezas de cerámica, roca y orfebrería, armas y demás elementos que hoy son tesoros que cuentan la historia de aquel tiempo pasado.
Teorías y misterios giran sobre la sociedad ancestral de El Caño desde que la ciencia arqueológica empezó a estudiar sus resquicios hasta el presente.
Un grupo de cineastas busca las respuestas a los enigmas con el documental El Dorado de Panamá, que se filmó en el lugar de los hechos entre el 10 y 15 de este marzo y que continuó ayer en Portobelo, Colón.
El proyecto busca abarcar los estudios que se han hecho en la zona desde las primeras excavaciones en 1926 hasta los recientes hallazgos dignos de un amplio reportaje en la revista National Geographic, compartieron los productores del documental José María Morales, de Wanda Films de España, y Luis Pacheco, de Jaguar Films de Panamá.
Las cámaras de El Dorado de Panamá registraron los resultados de las excavaciones que se vienen haciendo en el lugar desde 2004.
Todo bajo la dirección del cineasta español José Manuel Novoa y por la doctora Julia Mayo, presidenta de la Fundación El Caño.
Es la primera etapa de un documental que aún requiere de unos dos años de trabajo y que se une a la primera ola de proyectos en la naciente industria del cine en Panamá.
