Cuando el geólogo inglés Aaron O’Dea va a sustentar los resultados del nuevo estudio que fija el surgimiento de Panamá hace 2.8 millones de años, empieza por definir la palabra istmo: una franja de suelo que une dos territorios antes separados por el agua.
Un “istmo” con canales acuáticos grandes o efímeros, no es un istmo. Y en el caso de Panamá, las muestras geológicas, oceanográficas, genéticas y ecológicas indican que dividió las aguas del Pacífico y del Atlántico hace 2.8 millones de años.
El estudio analizó los árboles genealógicos de animales marinos de aguas poco profundas, la mezcla de las aguas superficiales del Pacífico y del Caribe a través de los sedimentos oceánicos profundos, y las migraciones masivas de animales terrestres entre Norte y Sur América, entre otros registros, detalla O’Dea, y todas coinciden.
Son datos que aclaran las dudas causadas sobre la teoría de la mayor longevidad del país, entre 10 millones y 23 millones de años, planteados en 2011.
Este nuevo estudio es, en palabras de O’Dea, una versión más “refinada”, con mayor cantidad de muestras y herramientas de análisis, de la investigación de finales de la década de 1980 liderada por Anthony Coates y Jeremy Jackson, que fijó la edad del istmo entre 3 millones y 3.5 millones de años.
De hecho, resalta O’Dea, Coates y Jackson son coautores del nuevo estudio publicado hace una semana en la revista Science Advances.
Carlos Jaramillo, geólogo del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales (Stri) y uno de los responsables de la hipótesis de que el país podría tener hasta 23 millones de años de antigüedad, señala que la evidencia que sustenta el nuevo estudio no es suficiente, y que está preparando un artículo para difundirlo también en Science Advances.

Por su lado, O’Dea adelanta que planean publicar al menos dos artículos más sobre el nuevo estudio en diferentes revistas científicas.
DUDAS E IMPACTO
Había mucha confusión en la comunidad científica mundial que estudia los procesos evolutivos, comenta O’Dea. Desde 2011 se decía que el istmo panameño tenía 6, 10, 15, 22 o 23 millones de años. Biólogos, ecólogos, paleontólogos, oceanógrafos y otros profesionales de la ciencia en América y en Europa se preguntaban por la fecha correcta.
O’Dea, del Stri, y científicos de otras 23 instituciones (Ver tabla) empezaron hace un año la búsqueda de la respuesta definitiva.
Por separado, gente que estudia animales terrestres y marinos, otros que estudian los mares, otros cuyo campo son los genes, vulcanólogos y geólogos, entre otros, analizaron las muestras y las reunieron para ver qué podía decir en conjunto toda esa información, describe O’Dea. Y todo coincide en una edad aproximada de 2.8 millones de años.
¿Por qué es importante establecer el tiempo que tiene Panamá uniendo las Américas y separando las aguas de los océanos? El geólogo Coates lo explica: al conectarse los lados norte y sur del continente, los dos océanos se separaron, modificando así las corrientes marinas, cambiando el clima del planeta y creando el Caribe como lo conocemos.
Las estimaciones de las tasas del cambio evolutivo, los modelos de los océanos mundiales, el origen de la fauna y flora modernas de las Américas, y la formación de los arrecifes del Caribe, son solo algunos campos de estudio que dependen de la información de cómo y cuándo se formó Panamá. El istmo panameño fue, resume Coates, el último gran cambio global en la historia del mundo, y el último gran eslabón de la cadena evolutiva.

