El mayor estudio genético sobre enfermedades mentales realizado hasta ahora por el Consorcio de Genómica Psiquiátrica (PGC, por sus siglas en inglés) –que aglutina a más de 300 científicos de 80 centros de investigación en 20 países y es apoyado por el Instituto Nacional de Salud Mental de Estados Unidos– encontró que cinco de las principales enfermedades mentales, entre ellas la esquizofrenia, comparten ciertas variaciones genéticas. Estas variaciones en común están asociadas con un riesgo de hasta 28% de padecer estas enfermedades, detalla la investigación publicada el mes pasado en el journal Nature Genetics.
La esquizofrenia aqueja al 1% de la población mundial y se presenta en mayor medida entre los 15 y 35 años.
Factores ambientales y la química del cerebro también influyen en su desarrollo. Es una enfermedad crónica e incapacitante que afecta el pensamiento, las emociones, el estado anímico y el comportamiento de quienes la padecen.
El Dr. Marcel Penna Franco, jefe del departamento de psiquiatría del hospital Santo Tomás, explica que esta enfermedad mental se caracteriza por la desintegración del pensamiento. Al individuo le cuesta hilvanar ideas, no es capaz de definir qué es real y qué no lo es, puede tener alucinaciones, se aisla, pierde el interés en sí mismo... “Esto trae consecuencias devastadoras para él, su familia y el Estado”.
Sobre esta enfermedad pesan estigmas, prejuicios y concepciones erróneas, una de ellas sobre la violencia. “Los pacientes con esquizofrenia no son en general agresivos. La gente tiene un temor irracional, infundado”, señala el médico. Sin embargo, muchos de estos pacientes pueden tener adicciones a drogas ilícitas y cigarrillo, así como trastornos depresivos; incluso tienen una alta prevalencia de suicidios.
Hasta ahora la esquizofrenia es incurable, pero tratable con medicamentos antipsicóticos y con psicoterapia. Si el paciente se mantiene en tratamiento puede llevar una vida funcional hasta cierto punto, el problema es que el 80% de ellos abandona el tratamiento en alguna etapa de su enfermedad, debido a factores como la disponibilidad del medicamento, etc.
Esto los lleva a tener recaídas, y cada vez le tomará más tiempo volver al nivel previo de funcionalidad; además, la enfermedad se hace más crónica, resistente y difícil de tratar. El riesgo de recaída después de un año con antipsicóticos orales se estima entre 30% y 40%.
El Dr. Penna añade que entre las 10 enfermedades más incapacitantes, la esquizofrenia es la más costosa porque las recaídas de los pacientes implican una hospitalización de 15 a 20 días, que en un hospital del Estado cuesta entre 120 y 150 dólares diarios. Además, están los costos que genera la incapacidad.
En Panamá, según la Organización Mundial de la Salud, el 61% de las admisiones en las unidades de psiquiatría corresponde a mujeres y 6% a niños y adolescentes. El diagnóstico principal son los trastornos de estados de ánimo (depresión, ansiedad, trastorno bipolar) y la esquizofrenia, esta última es la que representa mayor morbilidad y costos, dice el Dr. Penna. “Es el cáncer de la psiquiatría”.
OTROS DATOS
NUEVO FÁRMACO.
La farmacéutica Janssen ha introducido en Panamá el palmitato de paliperidona (´Invega sustenna´), un medicamento inyectable que se aplica mensualmente para tratar la esquizofrenia, y que asegura, optimiza el apego al tratamiento reduciendo las recaídas. Está disponible en farmacias, y la compañía está gestionando incluirlo en la Caja de Seguro Social.
