El vestuario de la reina Isabel II, desde su vestido de bautismo hasta el de su jubileo de diamante, pasando por sus conjuntos muy oficiales, se exponen a partir del sábado en el palacio londinense de Buckingham.
Bautizada “La moda de un reino: 90 años de estilo a través del guardarropa de la reina”, esta exposición que presenta 150 conjuntos se inscribe en el marco de las celebraciones del aniversario 90 de la monarca.
El abrigo verde vivo encima de un vestido de seda a juego que llevaba este año en las festividades que marcaron sus 90 años, se expone junto a su vestido de novia de seda color marfil bordado con 10 mil perlas cuando contrajo matrimonio con el duque de Edimburgo en 1947.
Figura asimismo el vestido de encaje de coctel color melocotón que llevaba en la inauguración de los Juegos Olímpicos de Londres en 2012.
Esta exposición presenta el mayor número de vestidos de la reina jamás mostrado y revela el cuidado puesto por Isabel II y sus modistos para que sus modelos correspondan a sus diferentes papeles, de monarca no solo del Reino Unido, sino también de los países de la Commonwealth, y a su papel de jefa de las fuerzas armadas.
“La reina es muy conocida por sus trajes lisos de colores vivos que buscan hacerla fácilmente reconocible en las grandes ocasiones”, explicó la comisaria de la exposición Caroline de Guitaut.
Si el color ha tenido un papel crucial en la elección de sus vestidos, también los sombreros han contribuido a identificarla inmediatamente en medio de la muchedumbre, añadió la comisaria.
Obras maestras omnipresentes que han seguido siempre la moda de sus épocas, de los sombreros campana de los años de 1960 al estilo Bretón de los años de 1970 y 1980.
“Los conjuntos de la reina son diseñados cuidadosamente para que resulten apropiados en los diferentes climas, como por ejemplo el vestido de flores que su majestad llevaba durante una visita de Estado a Singapur”, señaló Caroline de Guitaut.
Algunos de sus conjuntos respetaban asimismo las convenciones religiosas o sociales de los países visitados como, por ejemplo, el conjunto particularmente cubierto que llevó en una visita de Estado en 1979 a Oriente Medio.
“La ropa puede aportar un plus a las soberanas, que no es el caso de los hombres, y la reina la ha utilizado sin duda como una baza durante su reinado”, concluyó la comisaria.
