Felipe VI sucedió en el trono de España a Juan Carlos I y, como símbolo de un nuevo reinado, ha estrenado también estandarte, que se lució en el Palacio de la Zarzuela y después se izó por primera vez en el Palacio Real a la llegada del monarca.
El nuevo escudo de armas tiene similitudes al de la Casa Real que dirigió su padre, pero también diferencias. Entre estas últimas destaca la renuncia al yugo y las flechas de los Reyes Católicos y la cruz de Borgoña roja.
También cambia el fondo del escudo, recuperando el tradicional rojo carmesí que representa a la monarquía española desde hace casi cinco siglos, frente al azul de su padre.
Además, desaparece el lambel de azur de tres pies en la zona alta del escudo, conocido como “jefe”, que hacía referencia a la condición de heredero de Felipe.
El nuevo escudo sustituye la corona de príncipe de cuatro diademas por la corona real española, de ocho, de las que cinco están a la vista.
