En 1928 se fundó el Laboratorio Conmemorativo Gorgas, por iniciativa de Belisario Porras, quien fuera presidente de Panamá, para honrar la memoria del médico y militar estadounidense William Crawford Gorgas, cuya labor en materia de saneamiento y salud pública durante la construcción del Canal de Panamá contribuyó a disminuir las muertes por la malaria y la fiebre amarilla.
Ochenta y nueve años después, la población en el país no solo se enfrenta a enfermedades infecciosas, sino también a un gran volumen de males no transmisibles y crónicos que se relacionan entre sí y que han sido llamadas “sindemias”.
“En el Gorgas hemos redirigido el barco”, indica su director, Néstor Sosa. Añade que antes solamente, o casi exclusivamente, se estudiaban enfermedades infecciosas, pero ahora también ven las enfermedades crónicas no transmisibles, y más adelante aspiran a hacer estudios sobre violencia y otros temas.
El hoy llamado Instituto Conmemorativo Gorgas de Estudios de la Salud (Icges), tiene alrededor de 500 colaboradores, de los cuales el 60% es de técnicos de todos los niveles, desde los asistentes de laboratorio hasta los que tienen doctorado. Unos 20 científicos han hecho publicaciones de sus estudios.
Pero las instalaciones en el imponente edificio blanco de estilo neoclásico, ubicado en la avenida Justo Arosemena, frente al edificio El Hatillo, se han quedado pequeñas para ampliar sus investigaciones a medida que la población ha ido creciendo y surgen nuevos retos en torno a la salud pública.
Desde hace unos años hay planes para construir un nuevo campus. El sitio escogido es un terreno del complejo llamado Ciudad de la Salud.
Sosa expresa que “las cosas están avanzando” y estima que para 2018 se podrían tener los planos listos para licitar la construcción de la primera etapa del nuevo campus Gorgas, que costará unos 70 millones de dólares, y que, dependiendo de cuánto dure la construcción, podría estar terminada para 2020 o 2021.
Esta primera fase incluiría el edificio de laboratorios de virología, parasitología, venómica, los de seguridad de nivel BCL2 y BCL3, un edificio administrativo con oficinas para los científicos, garita, planta de tratamiento de aguas y las calles internas.
Las siguientes etapas contemplan edificios para el bioterio, el laboratorio central de referencia, hospedaje para profesores, cafetería y centro de convenciones.
VEA Sátelites y producción científica

