Quizá el nombre de Joanna Kulig no le diga nada a la mayoría de los cinéfilos estadounidenses, pero eso podría cambiar en las próximas semanas con el estreno de Cold War en más cines del país.
El drama polaco del director de Ida Pawel Pawlikowski sobre la cantante Zula (Kulig) y el músico Wiktor (Tomasz Kot), quienes están “condenados” a amarse, ha convertido a Kulig en una artista emergente en el circuito internacional.
Con una calidad de estrella rara vez vista, Kulig ha sido comparada con todas, desde Jennifer Lawrence hasta Jeanne Moreau en Jules y Jim (1962).
Kulig tuvo un éxito relativo trabajando en cine y televisión en Polonia en proyectos como Elles con Juliette Binoche e Ida, donde interpretó a una estrella pop.
“Para mí es muy emocionante. Estoy muy contenta por las películas polacas; más y más gente de Estados Unidos puede aprender sobre el cine polaco, la cultura polaca, eso es algo. Pero por otro lado, es una situación muy nueva para mí ver cómo funciona el cine”, dijo Kulig en una entrevista reciente en Los Ángeles.
“Estuvimos en Cannes, fue algo muy importante. Recibimos una gran ovación de pie y Julianne Moore y Benicio del Toro lloraron y dijeron, ‘gracias por esto’. Estaba sorprendida. Nunca había estado en una situación así”, dijo.
Cold War ha conmovido a los espectadores alrededor del mundo.
Hermosa y tormentosamente corta, la cinta es una odisea musical en la que Zula, una chica pobre ambiciosa y talentosa, intenta sobrevivir, y Wiktor, un músico más refinado que queda cautivado por su carácter y su belleza, se persiguen por Europa dentro y fuera de la Unión Soviética durante los años de la Guerra Fría.

