Tras protagonizar filmes como Warrior o Exodus, el australiano Joel Edgerton se enfrenta a Johnny Depp en Black Mass, un proyecto “muy emocionante” para él, pero duda entre elegir su faceta de actor o de director porque está encantado con su ópera prima The Gift.
“Me encanta ser director, ser un actor es maravilloso y me siento cómodo haciéndolo, pero habiendo dirigido mi primera película sé que quiero volver a hacerlo”, dijo en el Festival de Venecia, donde se estrenó Black Mass, que llega esta semana a Latinoamérica.
The Gift, protagonizada por Jason Bateman y Rebeca Hall, Edgerton no solo la dirige, sino que ha escrito el guión y se ha reservado un papel en esta historia que le ha valido el premio a la mejor interpretación masculina del Festival de Sitges.
Un thriller psicológico del que se siente satisfecho porque, asegura: “Una parte de mi vida son los trabajos que me ofrecen y la otra son cosas que creo yo mismo”.
