Laucha, como lo conocen sus amigos y su público, empezó a los 14 años su pasión por el asado. Junto con un compinche de la infancia comenzó el proyecto casero “Locos x el asado”, que fue creciendo a medida que más personas se interesaban por la particular forma en que estos jóvenes vivían ese hecho gastronómico tan representativo de Argentina.
Hoy en día cuentan con un programa en FoodNetwork, un canal de You Tube, y miles de seguidores que buscan en ellos consejos, recetas y el buen ánimo que siempre imparten en sus programas.
Este fin de semana, del 1 al 3 de febrero, Laucha estará participando del Food Beer & Bubbles, que se celebra en Panamá, en el Santa María Business District, compartiendo con los comensales y chefs, todo sus secretos en la cocina.
¿Cuándo comenzó su pasión por los asados?
Mi hermano es chef, tiene un restaurante en la Patagonia, argentina, es diez años mayor que yo y lo veía mucho haciendo asados cuando yo era más chico. A mis 12 años ya lo veía con sus amigos y me sumaba a sus asados. Y me gustaba la particularidad esa de una persona en el fuego tratando las carnes y luego sirviéndole a todos comida. Tan particular es ese festejo, que se aplaude al asador. La verdad que me pareció una forma muy linda de retratar un ritual como nosotros le llamamos al asado. Y a los 14 años, cuando mi hermano se muda de casa, decidí hacer mi primer asado.

¿Qué es lo que más le apasiona de los asados?
Al principio me enamoré de la técnica porque es desafiante constantemente. Nunca un asado va a salir igual que otro. La temperatura influye mucho, el tipo de carbón o la leña. La carne que te toca cada día siempre varía porque obviamente el producto siempre va a variar, es muy difícil tener algo uniforme e igual en cada asado. Sobre todo si viajas. Y eso es lo que realmente me divierte. Pero lo que realmente me apasiona del asado, es esa transmisión de amistad que hay, de unión para con el comensal que lo comparte con uno. Y eso es lo que siempre tratamos de mostrar en “Locos por el asado”.
¿Cómo le quedó ese primer asado?
La verdad que bastante mal. No tenía idea sobre carnes, e hice un “matambre” de res, que es un corte muy duro, que generalmente se ablanda a través de una cocción en el horno o hervido. Fui aprendiendo, sobre todo, con mi carnicero, que me fue dando consejos, que me regalaba cortes para que probara. Siempre nos hacia un descuento porque nos costaba juntar la plata para el asado. El primer asado siempre es difícil que salga bueno, como cualquier otra cosa que se haga por primera vez. Es un aprendizaje constante.
¿Qué tanto de Argentina transmite en su asado?
Lo que más se transmite es no tanto la técnica, porque cada país es distinto. Lo que se transmite realmente es la pasión de cómo vivimos el asado. Como nosotros decimos: “El asado no es asado si se come solo”. Siempre se debe compartir. La comida en sí es una excusa, lo importante es el ritual, la diversión, y es la energía que tratamos de transmitir. Creo que esa es la particularidad que tiene el asado argentino, que siempre busca unir a las personas.
¿Qué has aprendido de los asados de los países que has visitado?
Sobre todo el tema de conocer cortes nuevos. De no estar siempre confiado del tipo de carne que uno tiene. En Argentina es fácil hacer asado, porque la calidad de la materia prima es muy buena. Entonces es bueno conocer otro tipo de cortes, otro tipo de res, como para ver con una vaca más vieja cómo hago para que el beef me salga bien. Obviamente los sabores de cada país son totalmente distintos e intentamos meter un poco del sabor de cada país.
¿Consejos a los principiantes?
Sobre todo el tema de la paciencia, ya que es de un valor importante en el asador, porque al apurar las carnes es cuando uno las malogra. Si las pinchas, o le das vueltas mucho tiempo, eso hace que pierdan sus jugos. Las carnes no hay que apretarlas, no hay que tocarlas mucho para que se mantengan jugosas, que es lo que le da el sabor.
Conocer la materia prima también es fundamental. Cada corte tiene su particularidad, su cantidad de grasa, tiene su punto ideal de cocción.
Y sobre todo, disfrutarlo, porque si no lo disfrutas, más allá que la comida sepa rica, el asado no saldrá bien si uno lo está pasando mal.
Oferta gastronómica de Laucho
Bifes marinados. Con una infusión de chimichurri dulce, a base de romero, pimentón, ajo, con aceite de oliva. Todo adobado por dos días. Agregue un poco de salsa criolla (tomate, cebolla, pimiento, aceite y vinagre).
Pollo al disco. Pollos deshuesados, con salsa pomarola, a base de cerveza roja.
Lechones al asador. Están adobados al chimichurri. Son lechones de 20 kilos, hechos en las cruces por aproximadamente ocho horas.
Ribs ahumadas. Ahumadas en leña durante cuatro horas, y se terminan a la parrilla con un poco de miel para que se caramelice.
Empanadas salteñas. Son muy tradicionales del norte de Argentina.

