Migró de la pobreza para convertirse en una estrella y lo logró. Ahora, la figura colombiana del Royal Ballet, Fernando Montaño, está sobre el escenario para ponerse en la piel y los pies desnudos de los migrantes africanos que el mar devora en su huida. Es el protagonista de un Viaje Barroco: la ópera bufa con la que pretende denunciar el drama contemporáneo de la migración. Estrenada en 2018 en Italia, la obra llegó a Bogotá a finales de enero.
Sus orígenes y su familia
Antes de que se levante el telón del glamuroso Teatro Colón, este artista comienza su calentamiento y se retira las gruesas medias de lana con las que quiere evitar un resfriado.
Alguna vez, reflexiona, también él tuvo que irse de su lugar de origen. Tenía 14 años y un talento que desde entonces prometía llevarlo a la cumbre. Hoy es solista de uno de los grupos de danza más prestigiosos del mundo y, con su arte, también el mensajero privilegiado de multitudes desesperadas que salen de África hacia Europa o que recorren América Latina huyendo de crisis económicas y políticas, muchos con destino a Estados Unidos.
“Está por todos lados” este movimiento migratorio, dice Montaño. Recalca su origen trashumante: “Más de la mitad de mi vida he sido un migrante, he tenido que aprender lenguas, acomodarme a la sociedad de estos países, aprender de sus riquezas y sus debilidades”.
En la ópera personifica a un migrante que rescata del naufragio a dos parejas italianas. Una tormenta arroja a los cinco fuera del bote taxi que conduce. El protagonista, semidesnudo, salva de una muerte segura a los europeos antes de hundirse en medio del abandono y de las notas del L’estate, de Antonio Vivaldi.
Camino a la tarima, conoce una tragedia con aires de paradoja. Una lancha con 32 congoleños se hundió en el Caribe colombiano cuando pretendían cruzar hacia Panamá.
