Koko, una gorila que aprendió a utilizar el lenguaje de señas, murió a los 46 años, informó ayer el instituto californiano que la estudió. “La Fundación Gorila anuncia con tristeza la muerte de nuestra querida Koko”, dijo el centro de investigación en un comunicado. El animal falleció mientras dormía.
Koko era uno de los pocos primates capaces de comunicarse usando lenguaje de señas, junto a Washoe, una chimpancé en el estado de Washington, y Chantek, un orangután en Atlanta. Sus cuidadores aseguran que entendía también algo de inglés hablado.
Aunque algunos científicos pusieron en duda las supuestas aptitudes comunicativas de la gorila, Koko se convirtió en una embajadora de su especie, amenazada por la explotación forestal y la caza furtiva en sus hábitats nativos de África central.
La Fundación Gorila dijo que Koko impactó en las vidas de millones de personas, al convertirse en un ícono para la empatía y la comunicación entre especies.
