Berlín continúa con su transformación después de 25 años desde que se inició el proceso de reunificación de “las dos Alemanias”, tras la caída del infame muro que las dividió entre 1961 y 1989. Hoy es un núcleo artístico multicultural en que se aprecian grúas, construcciones y proyectos en restauración, como en la isla de los Museos. Es imposible recorrer sus calles y avenidas empedradas, admirar su arquitectura y pasear en un bote por el río Spree al atardecer, sin respirar la historia.
El Museo Histórico Alemán (Deutsches Historisches Museum), ubicado en el bulevar Unten den Linden, en el distrito de Mitte, muestra a los visitantes exhibiciones permanentes que incluyen aspectos de la vida cotidiana a través del tiempo, desde armaduras y armas antiguas hasta textiles, pinturas y esculturas, y también exhibiciones temporales.
La colección permanente comprende 2 mil años de historia alemana. Más de 7 mil artefactos correspondientes a la época del avance romano hacia el Rin y el Danubio, hasta la firma del tratado “Dos más cuatro” del 3 de octubre de 1990 —entre la República Federal de Alemania (RFA), la República Democrática Alemana (RDA), y los aliados Estados Unidos, Francia, el Reino Unido y la Unión Soviética— se muestran en el Zeughaus, el edificio más antiguo de la calle.
Cuenta Stefan Bresky, del departamento de Educación del Museo, que en la década de 1980, en plena Guerra Fría, se había planteado la creación de dos instituciones federales, una que abordara la historia alemana desde la época medieval hasta el final de la II Guerra Mundial, y otra en la antigua capital, Bonn, sobre la historia a partir de 1945. La primera estaría cerca del edificio Reichstag, que luego de la reunificación se terminó usando para el Parlamento.
En 1987, a propósito del 750 aniversario de la fundación de Berlín, se fundó un museo en el edificio que era de la RDA, que estaría dedicado a la historia de Berlín Oriental. Era un proyecto que presentaba la historia alemana solamente desde la perspectiva comunista. Sin embargo, con la reunificación en 1990, el gobierno federal traspasó los edificios y colecciones del Museo Histórico de la RDA al actual Museo Histórico Alemán, que se instaló en el Zeughaus, levantado en 1695, y se convirtió en el referente de la historia de todas las partes de Alemania.
Financiado 100% por el gobierno federal, en la última década, este museo que colecta y alberga artefactos originales y realiza investigaciones y restauraciones, recibe en promedio entre 650 mil y 850 mil visitantes por año. En 2014, llegaron 778 mil 766 visitantes y alrededor de un 4% de los extranjeros era de países de Centro y Suramérica. La mayoría de los turistas del mundo está más interesada en la exhibición permanente, quizás para entender la fundación de la nación, el imperio alemán, el período después de la I Guerra Mundial, los dorados 1920 y el período nazi. Las exhibiciones temporales están en un edificio diseñado por el arquitecto chino-americano I.M. Pei.
Entre los objetos que se aprecian hay afiches, medallas, prendedores, regalos que otorgaba el Gobierno de la RDA, como una taza con una inscripción de la Federación Internacional Democrática de Mujeres, radios, televisores, un refrigerador Bosch, muebles, ropa militar, escudos, esculturas, banderas, pedazos del Muro de Berlín y letreros de tela con palos que se usaron en las manifestaciones previas a su caída.
Una bolsa con unas bolas de papel que parece mascado se exhibe con una leyenda donde se explica cómo, en 1989, los oficiales de la seguridad de Leipzig destruyeron documentos con un aparato que procesaba el papel con agua y lo volvía pulpa, haciendo su reconstrucción imposible.
Hay un viejo Volkswagen escarabajo y un Trabant verde, ícono de la RDA, y que se fabricó desde la década de 1950 hasta 1990. Tenía una estructura sintética, ya que el acero se importaba de occidente y era muy caro por el cambio monetario. Además, la producción no era muy ágil, pues había que esperar hasta seis años para recibirlo. Hoy día se pueden ver por las calles coquetos Trabi decorados que ofrecen paseos a los turistas.













