El tiburón blanco es uno de los depredadores más temidos de los océanos, pero a veces presa fácil para las orcas, que mataron a varias de esas formidables criaturas frente a las costas de Sudáfrica este mes.
Las autopsias realizadas a los cadáveres que aparecieron en la costa revelan cómo las orcas dominan la cadena alimenticia marina a expensas incluso de los tiburones blancos, cuya feroz reputación (derivada en parte de la película de 1975 Jaws, o Tiburón) esconde su vulnerabilidad a las redes de pescadores, la caza ilegal, la contaminación... y al integrante más grande de la familia de los delfines. Las orcas tienen una imagen más benigna (la película Free Willy de 1993 contribuyó a ello) debido a su inteligencia y su accesibilidad en los parques acuáticos.
Los cadáveres detectados hace poco cerca de Ciudad del Cabo tienen marcas de mordidas hechas por orcas, según conservacionistas. Ninguna tenía el hígado, lo que hace pensar que las orcas, conocidas también como ballenas asesinas, se enfocaron en los órganos más nutritivos, con más aceite y grasas, y descartaron el resto de su presa. Cada tiburón tenía una gran herida en su parte inferior, un indicio de la destreza de las orcas, cuyos machos más grandes pueden llegar a medir 9 metros (30 pies), mucho más que los tiburones blancos.
“Es una muestra de lo que son capaces las orcas”, dijo Alison Towner, bióloga marina del Dyer Island Conservation Trust, que intenta proteger ecosistemas frágiles en las aguas del sur de África. Towner participó en las autopsias de los tiburones, que confirmaron que murieron a manos de orcas. Los tiburones más pequeños pueden ser parte de la dieta de las orcas, y estudios han mostrado que la dureza de la piel del tiburón afila los dientes de las orcas con el correr del tiempo.
