La tormenta perfecta y James Bond Goldfinger han sido filmes que han gozado de buenas críticas en las dos primeras sesiones del cine foro para ciegos.
Aunque la primera es una película de 2000 y la segunda data de 1964, para los asistentes a la sala improvisada de cine en la sección Braille de la Biblioteca Interamericana Simón Bolívar de la Universidad de Panamá (UP) se trataba a todas luces de “un estreno para ciegos”.
Ambas cintas, disponibles en formato audiodescriptible, fueron escogidas por Roxana Alemán, la bibliotecaria también invidente que ha añadido esta nueva facilidad para ampliar los horizontes y abrir espacios de recreación a las personas con discapacidad visual.
“En la película audiodescrita interviene un interlocutor que narra toda aquella escena o imagen importante que los no videntes, dada su limitación, no pueden captar. Esta audiodescripción no afecta el diálogo de la película, sino que permite apreciar la proyección en su totalidad”, explica la bibliotecaria, quien obtiene este programa desde la Organización Nacional de Ciegos Españoles (Once), dedicada a hacer accesibles materiales relacionados al séptimo arte.
Semanas después de haber asistido a la sesión del cine foro, Wilfredo Reyes tiene vívido el recuerdo de un barco llegando a la cima de una ola bravía en medio del mar y a punto de naufragar. Relata el pasaje con detalle embargado por la emoción y se le ha dibujado tras el recuento una amplia sonrisa en un rostro cuyo ojos se apagaron desde que nació.
El joven interesado en asistir a los siguientes encuentros de cinéfilos ciegos, dice que esto le ayudará a poder entablar conversaciones amenas con otras personas. “A veces nos sentimos rezagados porque si alguien habla de una película cualquiera no podemos comentar ni intercambiar opiniones por no haberla visto”.
Otros de los que ha experimentado el cine foro es Héctor Araujo, invidente de 26 años. De James Bond Goldfinger le gustó la ciencia ficción y los avances tecnológicos, así también la rapidez de los combates que libra el espía secreto.
Aunque lamenta que deba esperar dos meses para cada encuentro con el cine sonoro -el siguiente es a final de octubre-, Alemán explica que es una tarea ardua la de seleccionar una película que sea corta y que pueda interesarle a un público diverso. Más adelante permitirá que los usuarios sugerieran los títulos de los filmes que más interesen para proyectar en sesiones posteriores. El cine foro, al que han asistido una veintena de ciegos, reserva un espacio para el debate.
La actividad ha despertado incluso la curiosidad de los videntes. “Dos personas con visión ya vinieron a vivir la experiencia auditiva, y les gustó”, dice Alemán.





