Cuando Marc De Banville llegó a Panamá en 1990 como periodista descubrió un personaje que poca gente conocía en su Francia natal: Philippe Bunau-Varilla (1859–1940).
Sus amigos istmeños describían a su coterráneo como “un despreciable aventurero que hizo fortuna entregando Panamá a Estados Unidos”.
Siendo historiador, investigó. “Descubrí que había sido condenado por el parlamento panameño ´al escarnio de las futuras generaciones”, comenta quien presenta hoy su novela Philippe, a las 5:00 p.m., en el salón Trenzado Lagunilla en el marco de la Feria Internacional del Libro de Panamá.
Su obra se concentra en este personaje polémico, pero desde la ficción. “Inventé personajes, mujeres fascinantes y misteriosas, que sacaban a relucir aspectos de la personalidad del ingeniero que en ningún momento podía admitir en sus libros”.
Su interés por el también soldado lo condujo a leer sus obras y comparar su visión con las de otros. “Lo que me emocionó de su destino es hasta qué punto fue un hombre incomprendido, tanto en Panamá como en Francia”.
Bunau-Varilla no “destaca por su encanto como Ferdinand de Lesseps. Es seco, arrogante, a veces miente, se equivoca y su orgullo le ciega cuando lo están usando”.
Pero destaca que era dueño de una notable inteligencia. “Fue egresado de dos prestigiosos institutos parisinos, y arriesgó su vida por un ideal de progreso que representa para él el Canal de Panamá”.
Además fue un notable inventor. “Creó prototipos de bicicletas aerodinámicas, se apasionó por la aviación, y diseñó un sistema de purificación del agua que salvó miles de vidas. Esto no cuadra con el retrato del aventurero ávido pintado a menudo en Panamá”.
Philippe tuvo una relación compleja con su hermano Maurice, quien era director del mayor diario francés de la época, “especulador brutal en las bolsas de valores. Muchos han confundido a los dos hermanos”.
