Cuando era pequeño, ¿qué quería ser usted de mayor? ¿Vaquero (cowboy) o pirata? Quizás, como Guillermo Brown, alternaba usted en sus juegos los episodios del Far West con aventuras por aguas del Caribe.
Y ahora, ya adulto, qué prefiere usted beber? ¿Whisky o ron? La verdad es que debo escribir whiskey, que es la grafía correcta para el destilado de grano que solían beber los protagonistas de las películas del Oeste en la barra del saloon, ya que poco tiene que ver ese brebaje con el whisky escocés.
Los vaqueros son de whiskey como los piratas son de ron. Por otra parte, los piratas son personajes más literarios, en tanto que los cowboys son más que nada cinematográficos.
La relación de grandes autores que han escrito alguna novela “de piratas” es apabullante: Daniel Defoe, Walter Scott, Robert Louis Stevenson, Emilio Salgari, John Steinbeck...
No me salen tantos genios de la literatura si pienso en novelas del Oeste. Karl May, y no muchos más. Las novelas “del Oeste” eran un género que se consideraba inferior... aunque en España se vendían como rosquillas las de Marcial Lafuente Estefanía.
Ah, pero el cine... De Hollywood han salido espléndidas películas “de vaqueros”; para muchísima gente, pensar en el Oeste es pensar en John Wayne. Y, claro, en directores como, sobre todo, John Ford (El hombre que mató a Liberty Valance y La diligencia), Howard Hawks... Ahora repuntan las películas de piratas, pero no tienen tanta fuerza.