Entre los años 1926 y 2015 solo se han rodado 81 producciones que tienen como elemento central de su argumento el alpinismo (con más visitas en el cine que en la televisión). Entre las mejores de este grupo no hay muchas financiadas por la industria de Estados Unidos y quien vence en materia de calidad es un país europeo. La poca cantidad de proyectos audiovisuales deja notar que el alpinismo no es un tema atractivo para el sector entretenimiento, ni siquiera para un Hollywood que busca convertir lo que sea en una película.
Esta corta tradición cinematográfica comenzó con La montaña sagrada (Alemania, 1926), del director Arnold Fanck.
Mientras que la contribución más reciente es precisamente la norteña Everest.
La más conocida quizás sea 127 horas (Reino Unido, 2010), de Danny Boyle. Este admirable drama recibió seis nominaciones al premio Óscar, incluyendo mejor película, guión y actor (James Franco).
Le siguen en popularidad filmes de dudosa reputación como Máximo riesgo (Estados Unidos, 1993), de Renny Harlin, con Sylvester Stallone, y Límite vertical (Estados Unidos, 2000), de Martin Campbell, con Chris O’Donnell.
De acuerdo con la página filmaffinity.com, las mejores producciones son 4 alemanas y 127 horas. Las germanas son Prisioneros de la montaña (1929), de Georg Wilhelm Pabst; Cara norte (2008), de Philipp Stölzl; Nanga Parbat (2010), de Joseph Vilsmaier, y Grito de piedra (1991), de Werner Herzog.
Lo mejor de Hollywood es Everest, y La montaña siniestra (1956), de Edward Dmytryk.
