A pesar de lo atractivo que resulta entre muchos turistas pasear sobre un avestruz, dos importantes granjas en Sudáfrica ya dejaron de ofrecer este servicio en respuesta a la preocupación de algunos clientes por el bienestar de las aves.
Pero una tercera granja en Oudtshoorn -un poblado sudafricano conocido como la “capital mundial de las avestruce”- dijo que seguirá ofreciendo los paseos porque sus propias regulaciones incluyen restricciones. Asegura que las aves no pasan incomodidades al trotar con alguien sobre el lomo unos 10 segundos.
El debate es parte de una discusión más amplia en África y más allá sobre la ética de la interacción humana con ciertos animales usados para entretenimiento.
Las granjas de avestruces aseguran que montar estos animales es diferente de hacerlo con un elefante, por ejemplo, el cual necesita ser entrenado. También consideran que no se compara con la convivencia con cachorros de león, cuyo tiempo en cautiverio les impide aprender cómo sobrevivir en estado salvaje.
Los paseos en avestruz, alguna vez considerados una atracción turística, ahora son vistos con menos agrado por muchos, dijo Douglas Bester, dueño de la granja Cango, en Oudtshoorn, la cual dejó de ofrecer paseos a finales de febrero.
“Es una demanda del mercado”, dijo Bester, quien agregó que “es más ético enseñar a los niños a amar a las aves que sentarse en ellas y reírse cuando alguien se cae”.
