Milagros Sánchez es una apasionada “de esos pueblos anónimos relegados por los grandes trabajos historiográficos nacionales”.
Por eso, esta docente, promotora cultural e historiadora ha escrito libros sobre los distritos chiricanos de Alanje, Boquerón, Boquete, Bugaba, David, Gualaca, Remedios y Renacimiento. Su nuevo aporte a las ciencias sociales es San Félix, a la sombra del guaymí.
“Los pueblos que integran la provincia de Chiriquí tienen un pasado que configura la realidad vital de los ciudadanos de hoy; conocer ese pasado para comprender las complejas e intrincadas formas culturales compartidas en el presente, permite la reafirmación de una sana identidad”, opina.
Se trata de un mecanismo que une “a los grupos humanos con los cuales se comparte un territorio, además de que conlleva un reconocimiento de las potencialidades humanas y naturales de nuestros pueblos para que sus habitantes luchen por sus intereses comunes”.
Resalta que los lugareños chiricanos, “portadores de valiosa información para la historia oral, están abiertos a colaborar como fuentes de primer y segundo orden, y en la orientación y guía de algunos enfoques. Además, aportan material fotográfico de importancia”.
Destaca que es complicado recopilar los datos de cada sector porque “existen algunos vacíos referenciales en estos trabajos microhistóricos, porque el diario vivir de las comunidades desaparece ante el peso profundo de los sucesos políticos y económicos de las ciudades que son los que fundamentalmente ha recogido la historiografía nacional tradicional”.
Para llenar estos espacios, “se hace obligante, en algunos casos, aplicar los principios de relación y conexión. Un trabajo de campo es un proceso vital en este tipo de investigación regional; tarea ardua y delicada”.
El objetivo final de Milagros Sánchez es rescatar la memoria histórica de los 14 distritos chiricanos. Va por buen camino.
