Quizás era inevitable que quien obtuviera el protagónico de Los hombres que no amaban a las mujeres se convirtiera en la próxima gran estrella sueca de exportación.
Pero con o sin rol estelar, Noomi Rapace siempre sintió que trascendería las fronteras de su tierra.
Dos años y medio después del estreno de Los hombres..., la primera de tres películas sobre la heroína de los libros del fallecido Stieg Larsson, Rapace ha irrumpido en Hollywood en la nueva aventura de Sherlock Holmes con Robert Downey Jr. y en Prometheus, de Ridley Scott, un filme por el estilo del éxito de ciencia ficción Alien del mismo director.
Rapace se sintió como en casa entre el reparto de Sherlock Holmes: A Game of Shadows. Y dijo que creció viendo Alien, Thelma & Louise y otros filmes de Scott. “Ridley Scott es uno de mis ídolos desde que tengo memoria. De hecho creo que él me salvó algunas veces, porque siempre me sentí como una forastera en Suecia. No me sentía sueca. Siempre sentí que había algo distinto en mí”, confesó Rapace.
“La gente sueca es bastante reprimida, oculta muchas cosas. Es como que de verdad le teme a los conflictos y las emociones, nadie te dice nada de frente. Así que en cierto modo extraño, siempre sentí que iba a alejarme de mi país”, añadió. “Pero nunca pude imaginar que iba a terminar con estas personas, haciendo películas con la mejor gente del mundo”.
Rapace, de 31 años, debutó en el cine a los siete años mientras vivía en Islandia antes que su familia regresase a Suecia y ha estado actuando con regularidad la última década.
Pero su visa de salida fue su interpretación de la brillante y asilvestrada pirata informática Lisbeth Salander en Los hombres que no amaban a las mujeres.