Esta franquicia, que cuenta con 11 restaurantes en Estados Unidos (en Nueva York, donde tiene cuatro, se fundó el primero en 1984), tiene como métier ofrecer comida mexicana de alto nivel.
Llegan a Panamá a la zonita rosa de Calle Uruguay, en un local muy amplio –y ha de decirse, sonoro– con ciertos toques de decoración interesantes, como la pared líquida de azulejos oscuros, sobre la cual hay instalados, en fila y columna, pequeños clavadistas de yeso, que recuerdan a los intrépidos que durante más de un siglo vienen saltando del famoso risco contiguo a Acapulco.
El embelesamiento con los hombrecillos blancos no restó del placer que me proporcionó el excelente guacamole (el mejor que recuerdo, en PTY) preparado en la mesa y servido en molcajete.
La sopa de tortilla, otro clásico, no es de las que lleva fondo de tomate, sino más bien, un consomé ralo de fríjol. El resto, no obstante: pollo troceado, queso, tiras de tortilla, cebolla cruda, etc., muy en regla.
Un taco de pescado no fue el favorito de la mesa; para ser franco, a pesar de su adobo en pibil, tenía un olor muy mariscoso aunque el mismo no se hubiese pronunciado tanto en boca.
Entre los platos fuertes, pedimos el Mole Xico, que trajo un excelente mole veracruzano con su buen toque de chocolate, avellanas y ciruelas, y tortillitas suaves y calentitas, evidentemente caseras.
El chile ancho relleno que pidió un RdT no trajo indicación de picor (muchos platos llevan símbolos de ajíes para indicar el grado de ardor), pero debió hacerlo.
No obstante, se trataba de dos chiles poblanos, de gran tamaño, y con un tratamiento muy similar al del chile en nogada, pero menos delicado: o sea, más fiero, y en vez de ser relleno con frutas acitronadas, etc., venía con cochinita pibil , y una salsa bastante parecida al mole veracruzano pero con mucho más chile en la mezcla.
Además, en la mesa te ponen un plato de arroz con cilantro y otro de frijoles refritos. De postre pedimos un tres leches con salsa de moras, frutas del bosque y merengue suave, que estuvo bueno pero no superlativo, como el cheesecake, que vino con una guarnición de cajeta, que ni probé para que no me quitase el sabor del cheesecake. Bar completo, carta de vinos Dixit.
