La escritora panameña Rose Marie Tapia se propuso como nuevo reto literario un desafío que la llevaría a repasar recuerdos y mover emociones y nostalgias.
Luego de 10 meses en el proceso, ha nacido su más reciente obra, Vida de compromiso, en la que narra una semblanza testimonial inspirada en su madre, Rosa María Rodríguez de Tapia (1915-1986), quien se dedicó a la docencia.
Se trata de la vigésimo primera novela de Tapia, que describe como su proyecto “más complicado”.
“Esperé tener la suficiente experiencia para enfrentarme a ese reto. Crear la estructura de una novela y ficcionar siempre es una tarea mayúscula, pero cuando lo tienes que narrar desde tu corazón, herido por el dolor de una pérdida irreparable, es pisar un terreno sembrado de nostalgia, pero también de alegría por haber tenido el privilegio de contar con una madre ejemplar”, comenta la autora.
¿Quién fue Rosa Rodríguez de Tapia?
Fue una madre ejemplar que, junto con su esposo Santiago Tapia, forjó un hogar sostenido por cuatro pilares: amor a Dios sobre todas la cosas, amor al prójimo, compromiso con una sociedad justa, y la búsqueda y encuentro de la misión en la vida. Fue una maestra comprometida que amaba a sus estudiantes y educaba a sus alumnos en valores e impartía conocimientos necesarios para la vida.
A su juicio, ¿cuál fue el legado de su madre?
El legado más importante que dejó fue asumir compromisos. Deseo con esta semblanza influir en esa juventud cansada de modelos negativos, convencida de que los ideales son cosa del pasado, que piensan que no vale la pena luchar por un mejor país, que no vale la pena ser honesto, que no vale la pena ser solidarios porque su único destino es refugiarse en un individualismo pernicioso que los conduce a una vida sin sentido. Con este testimonio pretendo despertarlos para que les sirva de motivación a un cambio de actitud.
¿Cómo se sintió escribiendo esta semblanza?
Feliz, porque es la semblanza de una mujer maravillosa que conmovió aun a las personas más indiferentes. Ella fue capaz de abrir caminos por los corredores del espíritu de sus alumnos y llevar un mensaje inspirador a sus vidas. Estoy segura de que todos los lectores quedarán motivados a dejar una huella, o tal vez, narrar la vida de esas personas que los influyeron.
