El gran evento internacional organizado por la red Slow Food, Terra Madre-Salón del Gusto, abrió ayer jueves las puertas en Turín, en el noroeste de Italia, con el objetivo de defender una gastronomía sana, auténtica y justa.
Unos 7 mil delegados de 143 países participan en esta décimo primera edición, que se celebra por primera vez “fuera de los muros”, en las calles, plazas y parques del casco histórico de la ciudad.
Bajo el lema “Amar la tierra”, se han organizado conferencias, degustaciones, visitas a talleres del gusto, clases de cocina y un mercado internacional con alimentos que en ocasiones representan la memoria de comunidades y pueblos olvidados.
En total, mil comunidades de la red Terra Madre han sido invitadas a exponer y promover la producción de alimentos sanos, que defienden el medio ambiente y que tienen un precio justo.
Unos 900 expositores figuran en la lista, entre ellos numerosos latinoamericanos, como las mujeres productoras de Zacatelco, que preparan una bebida con cacao según una antigua receta que tiene más de 100 años. Participan también 310 productores de los llamados “productos centinela”, en general alimentos tradicionales que están al borde de desaparecer y que están protegidos por el sello Slow Food.
Entre ellos se cuenta el pimiento serrano de Tlaola en México y la sal Baleno de África del Sur.
“La batalla más importante que se disputará en el futuro es el derecho a la alimentación para todos y por ende [se debe] frenar el cambio climático, defender la biodiversidad y la relación humana entre la producción de alimentos y la tierra”, explicó Carlo Petrini, fundador de Slow Food, movimiento que este año cumple 30 años.
