En Santiago, frente de la fachada de la Normal, se yergue una estatua de Urracá en actitud guerrera. Durante 9 años, Urracá (o Ubarragá Maniá Tigrí) se enfrenta ante las expediciones de los españoles encabezadas por Gaspar de Espinosa, y les asesta, en la primera mitad del siglo XVI, repetidas derrotas.
Urracá se alía con tribus enemigas de la suya. Ponca, Dures, Duraria, Bulaba, Guisia, Guaniaga, Tabor, Guracona, Guaniagos y otros señores de Veragua –desde el siglo XIX, Veraguas- se unen bajo su mando. La llegada del conquistador Ponce de León obliga a los aliados a levantar el sitio, y poco después a Natá arriba el propio Pedrarias, fundador de Nuestra Señora de Asunción de Panamá. Hay cruentos enfrentamientos, sin que ninguna de las partes obtenga la victoria total. En una batalla posterior, las fuerzas de Urracá ultiman a las del capitán Diego de Albitres, quien escapa y relata los detalles al gobernador de Castilla del Oro.
Dirigidos por Compañón, capturan a Urracá y envían emisarios a sus tierras para proponer la paz en Natá de los Caballeros. Urracá acepta la invitación, pero Compañón lo traslada encadenado a Nombre de Dios, a fin de que sea enviado a España. Urracá escapa, se reúne con sus súbditos, y durante años mantiene su resistencia contra los españoles. Son los años posteriores a la fundación de la ciudad de Panamá, en 1519.
De acuerdo con el historiador Bartolomé de las Casas, Urracá y sus seguidores llegan a ser tan temidos que los españoles rehúsan combatir contra él. Urracá muere en libertad en 1531.
Es la historia de la etnia ngäbe. Aguerrida. La mayor comunidad indígena del país, con 200,000 pobladores y foco de pobreza del país. En la vista de inversionistas en este siglo y en el anterior por su riqueza mineral –Cerro Colorado- e hídrico-ambiental –río Tabasará–. En años pasados, el plan de reforma de ley minera, abortado, lleva a que el presidente coreano conferencie con el de turno local, y se desarrollan protestas y enfrentamientos entre aborígenes y campesinos contra fuerzas del orden, con un muerto, heridos y detenidos.
Hace 500 años, en las orillas del río Belén, aborígenes al mando de Quibián persiguen a Cristóbal Colón, quien, en su viaje centroamericano, organiza una factoría, en el norte veragüense, con respaldo autóctono, durante dos meses. El fin del acuerdo: oro y faldas.
La principal actividad comarcal es la agricultura de subsistencia. Sus cultivos son maíz, arroz, frijol, yuca, ñame y plátano. Tras las heroicas batallas libradas contra los conquistadores, los ngäbe nunca se rindieron, y mantuvieron su resistencia hasta la caída del dominio español. Al independizarse Panamá de España y unirse a Colombia (siglo XIX), permanecieron en la montaña.
En Costa Rica viven reservas indígenas ngäbe: Villa Palacios, Caño Bravo y Limoncito, Abrojos-Montezuma (cantón de Corredores), los pueblos de Bajo Los Indios, San Rafael de Abrojos, Montezuma y Bellavista, y Conteburica. La comarca la integran dos etnias: ngäbe y buglé. Las lenguas ngäbere y blugere proceden de la familia lingüística chibcha, establecida en la meseta de Cundinamarca. Aunque comparten la comarca, tienen costumbres diferentes.
Durante la conquista, los españoles hallaron en el occidente de Panamá tres pueblos de la etnia ngäbe, cada una con un idioma diferente. Cada una fue nombrada por el nombre de su líder: Natá (provincia de Coclé); Parita, en Azuero, y Urracá (provincia de Veraguas) y la comarca Ngäbe Buglé. Llamativas son las chácaras, chaquiras, pulseras, collares de cuentas, naguas y los sombreros de fibra vegetal. Para los incrédulos, en su espiritualidad ancestral y mitología, los vestuarios incorporan la Magata, serpiente antigua que habita en las aguas.
