¿Es correcto decir: “en la clase de inglés, ayer traducimos un párrafo muy largo”? o ¿”la semana pasada conducimos a los turistas a Gamboa? o “si yo produciera el doble de lo que produzco, ¿me pagarían más?”.
Veamos lo que sucede con el uso de los verbos traducir, conducir y producir en estos ejemplos: Cuando la acción de traducir, conducir y producir coinciden con el momento en que se habla, podemos decir así:
–Profesora, ¿traducimos ahora el párrafo completo? Ahora conducimos este negocio por un buen camino. Hoy producimos el doble de lo que alcanzábamos antes.
Pero cuando queremos expresar que la acción ocurrió en el pretérito, lo correcto es: “En la clase de inglés, ayer tradujimos un párrafo muy largo”. “La semana pasada condujimos a los turistas a Gamboa”. “Si yo produjera el doble de lo que produzco, ¿me pagarían más?”.
En todo el tiempo verbal que se conoce como “pretérito perfecto simple” o “pretérito”, los verbos terminados en –ducir son irregulares:
Traduje: Ayer traduje con éxito un párrafo largo.
Tradujiste: Tradujiste muy bien lo que expresó el visitante.
Tradujo: El director tradujo mis palabras al inglés.
Tradujimos: Tradujimos con éxito el trabajo completo.
Tradujisteis: Os felicito, porque tradujisteis la frase.
–Tradujeron: Tradujeron al español el último libro del nobel.
La misma irregularidad ocurre en conducir, reducir, producir, introducir, inducir, aducir.
Ejemplos:
Juan condujo el domingo pasado hasta El Valle.
Redujimos los gastos al mínimo.
Los disturbios produjeron un tranque fenomenal. Introduje un cambio en el examen.
¿Indujiste el parto de la paciente?
También en el pretérito imperfecto o pretérito, se manifiesta esta irregularidad:
Ejemplo:
condujera o condujese
condujeras o condujeses
condujera o condujese
condujéramos o condujésemos
condujerais o condujeseis / condujeran o condujesen
condujeran o condujesen
Ejemplo: Si yo condujera como tú, me darían un premio.
Si tú condujeras esta orquesta, sonaría mejor.
Si nosotros condujéramos los negocios, lo haríamos de otro modo.
La Academia Panameña propone que agucemos el oído para darnos cuenta del uso adecuado de los verbos terminados en –ducir.
