¿Cómo deben ser las viviendas en las que pasaremos gran parte de la vida? ¿Pueden las casas en Panamá brindar el confort necesario para sobrellevar la crisis por el nuevo coronavirus? ¿Qué rasgos positivos hay en algunos diseños en el país? Éstas y otras preguntas se abordaron en el reciente panel virtual “Arquitectura tropical y pandemia”.
Porque la arquitectura tiende a atender condiciones tanto físicas como culturales. Y el aislamiento provocado por la pandemia es un contexto que se puede aprovechar para analizar cuán cómodas son nuestras casas, planteó Darién Montañez, arquitecto y coordinador de interpretación del Biomuseo. “Si tenemos una casa cómoda, ello quita la tentación de buscar refugio en otro tipo de lugares, como los centros comerciales. Las condiciones ambientales donde uno vive son determinantes”, expresó el investigador.
Las casas que cuentan con aleros y los balcones, por ejemplo, brindan varios beneficios ya que los aleros ayudan con la ventilación mientras que los balcones permiten un momento de distracción y observación del entorno, especialmente en estos momentos de estrés e incertidumbre por la crisis sanitaria.

Un ejemplo de adaptación se aprecia en la vivienda emberá, que responde a la necesidad de cobijo de sus habitantes con características adaptadas al clima tropical y húmedo del país, con techos construidos para que la lluvia pueda escurrirse sin causar afectaciones y permitiendo que la brisa entre por la planta baja de la vivienda y refresque, ilustró Rodrigo Guardia, profesor de la Facultad de Arquitectura y Diseño de la Universidad de Panamá.
Estos rasgos también están presentes en las casas canaleras y en las bellavistinas.
La arquitectura moderna buscaba también aprovechar la iluminación natural del sol, por sus propiedades como desinfectante natural, añadió Guardia. Un reflejo de ello es el edificio del Hotel El Panamá, construido entre los años 1946 y 1951.
Las casas de quincha, en tanto, son un ejemplo de la adaptación a los climas tropicales y templados, anotó Silvia Arroyo, docente universitaria e integrante del Sistema Nacional de Investigación.
Las casas de quincha siguen el patrón de la arquitectura vernácula, un concepto de vivienda construida por las mismas comunidades con la madera utilizada para las iglesias coloniales. Y las influencias arquitectónicas provienen de la ciudad española de Sevilla.
El conversatorio, moderado por la historiadora Marixa Lasso, fue organizado por el Ministerio de Cultura como parte del programa “Mi cultura en casa”.
