El Landshut, el avión secuestrado en 1977 en nombre de la Fracción del Ejército Rojo (RAF), abandonado en Brasil desde hacía una década, llegó a Alemania el fin de semana para convertirse en una pieza de museo y en un símbolo de la resistencia frente al terrorismo.
“El otoño alemán”, un sangriento periodo de atentados de la extrema izquierda en Alemania, culminó cuando el vuelo 181 de Lufthansa fue secuestrado el 13 de octubre de 1977 por un comando del Frente Popular de Liberación de Palestina (FPLP), que pedía la liberación de miembros de la RAF, la “banda” de Andreas Baader.
Para celebrar los 40 años de los hechos, Alemania decidió traer el Landshut a su territorio desde Brasil, donde el avión se estaba oxidando sobre la pista del aeropuerto de Fortaleza, en el noreste del país.
Demasiado deteriorado como para volar por sí mismo, el Boeing 737-200 fue transportado por aire por dos mastodontes de diseño soviético, un Antonov-124 y un Iliushin-76, hasta la ciudad de Friedrichshafen, Alemania, donde será exhibido a partir de 2019, tras ser restaurado.
Unas 5 mil personas asistieron para ver cómo descargan la nave en Friedrichshafen, a orillas del lago Constanza.
“Es el símbolo viviente de una sociedad libre que rechaza ceder al miedo y al terror”, explicaba, refiriéndose al avión, el ministro alemán de Relaciones Exteriores, Sigmar Gabriel, cuyo gabinete compró la aeronave por 20 mil euros (unos 24 mil dólares).
Tras ser vendido por Lufthansa, el avión pasó por varias manos antes de terminar en Brasil, propiedad de una compañía que ni siquiera conocía su pasado.

