El Colón literario tiene entre sus filas a notables escritores como Justo Arroyo, Raúl Leis y Rafael Pernett, quienes conforman un grupo de artistas que es fundamental dentro de la historia de las letras nacionales, de acuerdo con el docente, poeta y editor Luis Wong Vega.
“Nadie concibe la novela panameña moderna sin el aporte de colonenses como Justo Arroyo, Saúl Trinidad Torres o Rafael Pernett. Colón ha aportado al país intelectuales y académicos de primera línea, como Raúl Leis, Juan Jované o Rogelio Pretto. Lo que pasa es que ha ocurrido un innegable bajón en las últimas décadas. Colón dejó de producir literatos de primera línea”, agrega Wong Vega, quien coordinó la reciente publicación del libro Novísimos... Nuevas voces poéticas colonenses.
¿Por qué ese cambio? Las razones son simples, detalla. “La inmensa mayoría de sus escritores de renombre emigró y no han regresado a hacer nada por Colón. No se acuerdan de su patria chica o no les interesa y, por ende, nadie se ha dado a la tarea de crear relevo generacional”.
Otro motivo es que la provincia “vive una crisis socioeconómica profunda desde hace varias décadas, y ninguna institución se ha ocupado de impulsar un rescate integral de la cultura. Lo que quedó han sido unos cuantos cultores de una pseudo-literatura endogámica, chabacana y mediocre, que empeoraron el problema”.
En su opinión, ese panorama se ha modificado en los últimos cinco años, ya que la literatura colonense da síntomas de vitalidad de la mano “del grupo Poesía Colonense Contemporánea, de la nueva Coordinación de Cultura del Municipio de Colón (Abel Aronátegui), de una nueva comunidad informal de intelectuales y artistas colonenses (Jorge Luis Macías, Armando Ábrego, Dagoberto Chung, entre otros) han sido determinantes para haber alcanzado este punto de inflexión”.
TRANSICIÓN
A mediados del siglo XX, recuerda Luis Wong Vega, en Colón había 11 librerías y se experimentaba una activa vida literaria de cafés. Hoy, lamenta, el escenario es otro.
“Colón vive una crisis general desde la entrada en vigor de los tratados del Canal de Panamá. Con la transición y el cierre de las bases militares gringas, comenzó la decadencia del empleo en la ciudad y la provincia. Sumado al pánico que generaron las bolas y los rumores, se desencadenó una migración masiva de miles y miles de colonenses hacia Estados Unidos, en donde se fue del país gente muy valiosa”.
Estos hechos golpearon de forma fuerte a la economía de la provincia, lo cual, a su vez, “generó casi en forma paralela tanto el cierre gradual, pero sostenido, de negocios, incluyendo negocios culturales como sus 11 librerías y sus 14 cines, y el disparo de la espiral de pobreza, marginalidad, delincuencia y criminalidad que vemos hasta el día de hoy”.
A esto se añade “el abandono de la infraestructura urbana y el colapso de prácticamente todo lo demás, incluyendo la cultura, lo que ha provocado que Colón sea víctima de una parálisis y de una estigmatización injustas. Ello no ha hecho sino ahondar sus problemas, y honestamente creo que detrás de todo eso hay una fuerte dosis de politiquería, corrupción y de innegable racismo. La cultura colonense y sus cultores han sido víctimas directas de este grave estado de cosas”.
POETAS JÓVENES
El Grupo Poesía Colonense Contemporánea ha colaborado con rescatar al Colón literario al crear una página web, publicando libros y organizando recitales y festivales, todos en torno a creadores de la provincia.
Su más reciente aporte es la obra Novísimos... nuevas voces poéticas colonenses, que reúne versos de Joab Huc, Zakira Pineda, Lucy Morán de Sjogreen, Renier Ríos y Karina Castillo.
“Joab es un poeta introspectivo, influenciado por la cultura del hip-hop y la música urbana. Zakira es también una poeta intimista, que dialoga con sus emociones y experiencias, principalmente dolorosas. Lucy es una poeta erótica y aborda este difícil tema con mucha originalidad y naturalidad. Renier es un poeta con intensión política y moralizante. Y Karina traduce en su poesía, eminentemente amorosa, su condición de cultora de la música”, dice.
Además, hay tres poetas jóvenes colonenses incluidos en un anexo del libro. “Dos de ellos, Yvette Modestin y Gabriel Cortez, viven en Estados Unidos. Yvette es activista de derechos humanos, de las causas de la mujer y de la negritud; Gabriel es mentor de poetas jóvenes y trabaja poesía callejera y poesía hablada. El tercero es Reynaldo García, de quien incluimos poemas con una carga erótica e intimista no convencional, por así decirlo”.








