Hubo un tiempo en el que el bisonte europeo reinaba en los bosques del continente desde la Península Ibérica hasta Rusia. Pero la caza y la tala de árboles acabaron con él, también en Rumania, a donde acaba de regresar dos siglos después de su extinción gracias a un gran proyecto de repoblación.
Los primeros 17 animales llegaron en mayo desde reservas naturales y centros de cría de toda Europa.
Hasta octubre, estarán sometidos a vigilancia especial y en semicautividad antes de soltarlos en las florestas de Tarcu Armenis.
Esta región de los Cárpatos ha sido elegida, porque fue en el pasado uno de los hábitats principales de este enorme animal.
Además, destaca por su escasa actividad humana, su exuberante biodiversidad y la presencia de corredores ecológicos, que facilitan la expansión del mamífero más grande de Europa.
Después del período de adaptación, los animales vivirán en libertad en una zona de 59 mil hectáreas.
Ya no recibirán alimentos de los organizadores de la repoblación Rewilding Europe y World Wide Fund RumanÍa (WWF), a no ser que la dureza del invierno obligue a intervenir. “Es un día importante, porque solemos perder especies, pero hoy hemos ganado”, dijo la directora de WWF Rumania, Magor Csibi.

