Eso, esto o aquello es espectacular o un espectáculo, buenísimo (aunque no exista tal palabra, que el uso intenta imponer) e increíble. Seamos precavidos, las palabras se desgastan, pierden intensidad, sentido y hasta significado. Con el uso indiscriminado de la misma, mostramos desconocimiento en general y, sobre todo, del término utilizado; ningún vocablo cabe en toda frase u oración.
Veamos: La comida te quedó espectacular . . . Esos zapatos son un espectáculo.
“Espectacular. 1. adj. Que tiene caracteres propios de espectáculo público. 2. adj. aparatoso (? ostentoso)”.
“Espectáculo. (Del lat. spectaculum). 1. m. Función o diversión pública celebrada en un teatro, en un circo o en cualquier otro edificio o lugar en que se congrega la gente para presenciarla. 2. m. Conjunto de actividades profesionales relacionadas con esta diversión. La gente, el mundo del espectáculo. 3. m. Cosa que se ofrece a la vista o a la contemplación intelectual y es capaz de atraer la atención y mover el ánimo infundiéndole deleite, asombro, dolor u otros afectos más o menos vivos o nobles. 4. m. Acción que causa escándalo o gran extrañeza. Dar un espectáculo”.
Tomando en cuenta lo expuesto en el DRAE, ni la comida podría ser espectacular ni los zapatos un espectáculo. La tercera acepción de este puede ser el motivo del uso: “infundiéndole deleite, asombro, dolor u otros afectos más o menos vivos o nobles”, pero más bien parece una hipérbole para divertir, ya que la contemplación del objeto debe “mover a afectos más o menos vivos o nobles”. Las primeras veces quizás funcionó, pero el abuso de la intención, si la hubo, ha desgastado el sentido, destruyendo su fuerza semántica.
El superlativo de la palabra bueno es bonísimo, nunca buenísimo. También podríamos usar óptimo u óptima. Él siempre saca bonísimas (u óptimas) calificaciones.
Y en cuanto a increíble, se escucha a menudo a los más jóvenes, y a los no tanto, decir frases como: El arroz te quedó increíble. Mi novio y yo nos llevamos increíble.
En español algo increíble puede ser tan inesperado y absurdo que no es posible creerlo. Existen otros adjetivos para ponderar. Si en verdad deseamos decir increíble, entonces añadamos a la forma adverbial terminada en mente el adjetivo adecuado: El arroz te quedó increíblemente delicioso. Así, en la segunda oración, mejor digamos: Mi novio y yo nos llevamos increíblemente bien.
La Academia dice:
Si enriquecemos nuestro léxico, probablemente utilizaremos las palabras más adecuadas, con sentido más claro y fiel, mejorará notablemente nuestra destreza para formular ideas y aumentará nuestra capacidad cognitiva.