La última estatua pública del dictador Francisco Franco que quedaba en España fue retirada en Melilla, enclave en el norte de África, a 45 años de su fallecimiento en 1975.
“Día para la Historia”, tuiteó el martes por la noche el gobierno de la ciudad autónoma de Melilla junto a una serie de fotografías de obreros retirando la estatua con la ayuda de una retroexcavadora.
La estatua de bronce del general, situada a las puertas de la ciudad, se erigió en 1978 para recordar el papel de Franco como comandante de la Legión española en la Guerra del Rif (1920-1926), un conflicto que enfrentó España con las tribus bereberes al norte de Marruecos.
Se trataba de la última conmemoración en la vía pública al hombre que se sublevó en 1936 contra el gobierno republicano y, tras una sangrienta guerra civil, dirigió con mano de hierro el país desde 1939 hasta su muerte en noviembre de 1975.
Las autoridades de Melilla señalaron que la estatua fue llevada a un almacén municipal, sin especificar qué uso se le dará.
En 2007, el gobierno español dirigido por el socialista José Luis Rodríguez Zapatero tramitó una ley obligando la retirada de los símbolos de la dictadura del espacio público y el cambio de nombre de múltiples calles dedicadas a figuras del franquismo.
El lunes, la asamblea municipal de Melilla aprobó, en consonancia con esta ley, la retirada de la estatua, a pesar del voto contrario del partido de extrema derecha Vox y la abstención del conservador Partido Popular, la alternativa de gobierno en España a los socialistas.
Vox señaló que la estatua rendía tributo a Franco por defender la ciudad durante la Guerra del Rif y no como homenaje a su dictadura.

