A raíz del reciente anuncio del cantante de Coldplay Chris Martin de que la banda tiene pensado no hacer más música después de 2025, surgieron sentimientos encontrados entre sus fanáticos que vivieron su música durante los más de 20 años en los que el artista estuvo trabajando junto con sus compañeros Guy Berryman, Jon Buckman y Will Champion. Unos expresaban pesar por la noticia mientras que otros, más pragmáticos, recordaban que los artistas, al igual que el resto de las personas, abren y cierran ciclos.
La evolución de Coldplay, de alguna manera, progresa a la par de los momentos que cada uno vivió en su vida. La banda comenzó a finales de la década de los años 1990 como un proyecto entre amigos que primeramente llevó como nombres Pectoralz, Big Fat Noises y Starfish. Pero no fue sino hasta 1999 cuando empiezan a usar el nombre con el que se conocen hoy día.
El disco Parachutes, que incluía, entre otros temas, las icónicas Yellow y Trouble, fue lanzado en julio del 2000, y se hizo famoso gracias a MTV, que todavía seguía siendo una cadena que transmitía videos musicales en la mayor parte de su programación. El álbum recibe el Premio Grammy a Mejor Álbum de Rock Alternativo en 2002.
La crítica musical también alababa la forma de hacer música de Coldplay. Mientras que la revista Pitchfork decía que Parachutes era un álbum prometedor para su debut ante la faz internacional, Rolling Stone afirmaba que la música de ellos, en sus inicios, era parecida a la de otras bandas como Radiohead u Oasis.
Pero no es hasta un tiempo después, en agosto del 2002, cuando lanzan el álbum A Rush Of Blood To The Head que contiene las ya míticas canciones que definieron musicalmente los primeros instantes del siglo XXI como Clocks, The Scientist y In My Place. Una de las canciones, Politik, fue escrita al fragor de los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001 cuando se avizoraba que aquello iba a definir una era. “Abre los ojos”, dice una de sus letras.
Después de un descanso, en 2005 lanzan X&Y y allí emiten temas que rompen la barrera del sonido como lo serían Speed Of Sound, Fix You y Talk. Y en 2008, redoblan la apuesta con Viva la Vida or Death and All of His Friends, con una propuesta cargada de intenciones, ya que la figura del álbum era nada más y nada menos que la representación del artista Eugène Delacroix de la Revolución Francesa. Viva La Vida, Violet Hill y Life In Technicolor son algunos de las canciones más conocidas.
2011 daba cabida a Mylo Xyloto y con ello temas como Paradise y Every Teardrop Is A Waterfall se instalaron en los oídos de sus seguidores en un disco lleno de brillo y optimismo que incluyó una colaboración exitosa con Rihanna y el tema Princess of China. Más tarde, en 2014, lanzan un álbum con ritmos más melancólicos llamado Ghost Stories. En ese momento, Chris Martin todavía se estaba recuperando de la separación de su entonces esposa, la actriz Gwyneth Paltrow, y éste usó la música como vía de escape para sanar esa herida.
En 2015, el optimismo nuevamente se toma las riendas con A Head Full Of Dreams y posteriormente, en 2019, sacan Everyday Life, y en 2021, Music Of The Spheres, en el que incluyen una colaboración con la agrupación surcoreana BTS denominada My Universe.
Coldplay, además, mantiene un fuerte compromiso social. Muestra de ello es su participación en las actividades del movimiento Global Citizen, que busca atacar la pobreza extrema en el mundo. En tanto, participaron de diversos actos solidarios en beneficio de los damnificados del terremoto de Haití en 2008 y en memoria de las víctimas del atentado terrorista de Manchester, Reino Unido, en 2017.
Antes de su despedida en 2025, Coldplay será recordada como una de las bandas más grandes del siglo XXI con música que trascendió fronteras y permanecerá en la memoria colectiva de varias generaciones. Pero todavía no hay que despedirse, ya que Martin dijo que seguirán haciendo música.


