La Asociación de la cultura rusa en Panamá con apoyo de la Embajada de Rusia presentan “Somos Rusia”, colectiva de pintoras rusas que residen en Panamá. La inauguración será el 14 de junio, a las 7:00 p.m., en la Galería de arte Artegma (Ave Samuel Lewis y calle 53 Obarrio).
A todas las artistas que participan en esta colectiva, en homenaje al Día Nacional de Rusia, les une esa nostalgia por la patria, que se evidencia en los temas que forman la esencia de las obras que se exhibirán.
Anna Goncharova, maestra de la pintura, con obras de temas variados, destaca el lienzo en acrílico, “Sarafan rojo” presenta en una sencilla composición su sentimiento y transmite el profundo amor por la tierra natal. El personaje femenino, con los ojos cerrados, para percibir mejor ese tibio sol que ilumina el pueblo con su iglesia de cúpula dorada. Es el símbolo de la nostalgia, de la mujer que enfrenta desafíos con fe y valentía. Su técnica es muy depurada, con un dominio de las texturas que enriquecen y le dan fuerza a su obra.
Nadezhda Gliva presenta entre sus obras un bodegón, “Hora del té”, un óleo que plasma la tradicional tetera rusa, que une a la familia y los amigos en largas tertulias. Con pinceladas decididas, en un colorido balanceado y muy rico, hace de la tetera el punto luminoso que en las noches de invierno, convierte la casa en el añorado hogar natal.
Eugenia Koledova presenta acuarelas, una técnica que requiere una gran destreza en su ejecución. Entre sus obras destaca “Campo”, un paisaje a contraluz con niebla, que nos lleva a esos fríos amaneceres cuando aún la primavera no asoma, y el arte de capturar la belleza rural en su nostálgica gracia.
Elena Valitova presenta entre sus obras el óleo “Inspiración”, un bodegón con flores haciendo honor a la tradición europea de las “Vanitas”. Ese eterno tema de la fugacidad de la vida, cuyo símbolo por excelencia son las flores. Y es captando la belleza de las flores en arte, como logra el triunfo de su inmortalidad.
Natalia Pichuguina presenta entre sus obras “Averiguar Fénix”. Entre la composición primitiva y el misticismo inherente a esta obra se aprecia el Fénix, ave que simboliza el renacer de las cenizas. Lleva un escudo o blasón de una figura que no es la Medusa ni tampoco un león, quizás sea la caricatura de ambos, que no despiertan ni asombro ni temor. En los fondos una línea divide el cielo de la tierra, donde llueven cangrejos y del suelo brotan palmeras, una alusión a su vida en Panamá.
Victoria Ortega presenta óleos abstractos, entre los que destaca “Nova” una obra con texturas coloridas trabajadas en espátula. El círculo que surge está rodeado de una capa verde, contiene la esencia de los fondos, quizás para mantener la esencia espiritual aunque el entorno obligue a adoptar formas definidas.
Es notable la variedad de técnicas y temas que las artistas de esta colectiva manejan. Todas expresando con sensibilidad y dominio técnico su profundo amor a la patria, que aunque lejos, vibra muy cerca, al alcance del pincel.