Con Te prometo anarquía, el director Julio Hernández Cordón buscaba contar una “historia de amor masculina con dosis de cine noir porque siempre retrata al outsider, a los que están al margen de la ley”, aunque advierte que su producción “no es 100% cine negro, es más bien una apropiación”.
Te prometo anarquía gira en torno a Johnny, un ayudante de traficante de drogas, y Miguel, un skater. Ambos son socios y amantes. Por eso, su drama desea “hablar de las relaciones amorosas”.
Este filme se presenta en el Festival Internacional de Cine de Panamá. Se proyectará mañana 8 de abril, a las 9:45 p.m., en la Sala 5 de Cinépolis Multiplaza, y el 10, a las 7:30 p.m., en el Teatro Anita Villalaz (Sa n Felipe).
“Estoy contento de compartir mi película en Panamá. Es un festival organizado por gente que admiro mucho y es el festival más grande de Centroamérica. Es un espacio que funciona para dialogar acerca del cine en la región”, plantea.
El trabajo audiovisual de este cineasta que se ha criado en México, Guatemala y Costa Rica “se enriquece por mi diversidad cultural y geográfica. No soy de ningún lugar. Eso me da cierta distancia, pero a la vez soy de varios lugares, y eso me permite hablar con sinceridad de los espacios. La gente no sabe de dónde soy. En México quisieron quitarme un apoyo de escritura de guión debido a que no me consideraban mexicano. A pesar de ganarme ese apoyo y de que mi aplicación la hice con mis papeles mexicanos”, explica.
La puesta en escena de Te prometo anarquía está marcada por el naturalismo. “Me gusta que mis historias se sientan reales. Me gusta mezclar el documental y la ficción. Cada vez hay menos fronteras para crear y mezclar géneros en el cine”.
Para narrar su historia su investigación la hizo “por internet y por la gente que conozco. También tiene muchos rasgos emocionales de mí”. Aunque Te prometo anarquía no ha llegado a las salas comerciales mexicanas, no teme a un posible rechazo porque “México no es tan conservador como se cree. La ciudad de México es una ciudad de vanguardia en cuanto al tema de la diversidad sexual. Tiene leyes que benefician o democratizaron al país en esas cuestiones”.
Lo que sí le preocupa es el nivel de tensión que existe en México, un país que dice estar “en una guerra. Debido a las cifras de violencia, el presupuesto que se usa para combatir al crimen organizado y el uso del ejército para combatirlo. El problema, como en cualquier guerra, es que la sufre la población civil y la gente más pobre”.
