El artista visual José Luis Colina, de 32 años de edad, logra plasmar en sus obras una sensación que las convierte en una especie de puerta del tiempo que, a su vez, brinda la entrada a escenarios que muestran al ser humano tal cual es, acompañado de un realismo que, a ratos, puede ser interpretado como si aquella obra estuviese a punto de salir del marco físico en la que está plasmada.
Colina, en entrevista con este diario, dijo que sus inicios en su natal Cuba, a los ocho años de edad, no necesariamente estuvieron relacionados con la pintura, sino más bien con el ámbito musical: clases de solfeo, piano y guitarra.
José Luis Colina. Sus consejos a los futuros artistas
José Luis Colina exhorta a aquellos que quisieran abrirse camino en el ámbito artístico que nunca se den por vencidos y que apuesten siempre por su talento, además de estudiar y superarse cada día mas. “La clave del artista plástico es dibujar diariamente. Hacer un dibujo todos los días aunque sea en una servilleta, y también crear las ideas y plasmarlas por escrito”, dijo.
Fue su abuelo quien lo llevó a tomar clases de piano a la Casa de la Cultura, en el municipio de Santa Clara, en la mayor de las antillas.
Una vez allí se dio cuenta que había clases de dibujo y “me enamoré de los lápices y pinceles”, cuenta. A los nueve años empezó en serio a estudiar dibujo.
Define su técnica artística como intertextual, ya que mezcla diversos estilos de la pintura clásica y los vuelve a contextualizar en ambientes modernos. Sus referentes son Tiziano Vecellio di Gregorio (1490-1576), Peter Paul Rubens (1577-1640) y Rembrandt Harmenszoon van Rijn (1606-1669). Su labor en el arte la define, además, como una búsqueda permanente de su identidad como creador.

Su formación en el arte la complementó cuando entró a la Academia Profesional de Artes Plásticas en Santa Clara, a los 15 años de edad, para recibir una formación profesional, y después pasa al Instituto Superior de Arte de La Habana (hoy Universidad de las Artes) para estudiar pintura, escultura y restauración de obras de arte.
Su camino de aprendizaje lo prosigue en Moscú, la capital rusa, donde, gracias a una beca, estudia pintura y escultura clásica del estilo barroco y renacentista en la Academia Imperial de las Artes. Cuando termina ese curso descubre las herramientas clásicas de la pintura y, desde entonces, usa ese estilo en sus obras, que lo identifican.
La creación de estas pinturas realistas tienen detrás horas de trabajo y años de estudio. “No hay otra magia más allá del trabajo”, agregó.
En sus obras también intenta reflejar algo de su patria. “Siempre trato de incluir algún pedazo de Cuba, siempre y en todo momento, en el mar, en las palmas y en los fondos”, aseguró.
Colina lleva tres años residiendo en Panamá y acaba de inaugurar su primera galería de arte Traverias Colina. La sede en Panamá será la primera junto con otras que posteriormente se irán lanzando en diversos lugares del mundo como Estados Unidos, España y Francia.

“Este es un país que me abrazó desde el primer momento. Empecé colaborando con el Ministerio de Cultura y con el viceministro Gabriel González y el ministro Carlos Aguilar y, además, impartí conferencias”.
Durante el confinamiento por la pandemia de Covid-19, que en Panamá empezó en marzo de 2020, realizó la obra La familia cubana, en la que muestra todos los aspectos de la sociedad desde un punto de vista crítico.
“Esta es una pintura que bien puede reflejar la sociedad actual de cualquier otro país del mundo. Ahí está reflejada la persona a la que no le importa nada, está la mala persona, la que se concentra en su físico, etc. Ahí hay una gama de diferentes personalidades que está representada en esta obra”, dijo.
Una obra que le tomó casi seis meses de elaboración en los que descargó todos los sentimientos de frustración que le produjo el encierro.
Sobre la proyección del arte cubano en el mundo, el artista afirmó que está adquiriendo una relevancia que nunca antes tuvo en su historia, tanto así que está siendo objeto de subasta por las casas Christie’s y Sotheby’s al tiempo que criticó el énfasis que se le da al arte moderno en las escuelas de arte de América Latina. Dice que si bien hay que tenerlo en cuenta es importante adquirir otros conocimientos como el color, la estructura y el dibujo para que, a partir de ahí, el estudiante decida cuál es el estilo artístico que quisiera seguir.

