El 1 de febrero de 2021 falleció en Houston, Texas, el Dr. Emil J. Freireich, director de Investigación en Leucemia del MD Anderson Cáncer Center, una de las instituciones de más prestigio en investigación y tratamiento del cáncer en el mundo.
¿Quién era el Dr. Freireich? En oncología contemporánea, quizás no exista nadie que haya transformado el tratamiento del cáncer tan decisiva e impresionantemente como Freireich.
En 1955, tratar cáncer consistía en el uso de medicinas restringidamente y no en combinación. Además, existían factores del cáncer que complicaban su manejo, como la disminución de las plaquetas. Hoy se hacen transfusiones de plaquetas, pero en 1955, un tiempo no tan distante, no y con consecuencias fatales.
El primer impacto de la lucha contra el cáncer del Dr. Freireich ocurre en el NIH (National Institute of Health, Bethesda, Maryland), y fue la eliminación de la muerte por desangramiento de niños con leucemia causada, precisamente, por la disminución de plaquetas. Lo hizo solo, en contra de la opinión y escepticismo de aquellos que resignados a esa dura realidad se oponían a un cambio.
Eran tiempos en que las enfermeras que cuidaban a los niños con leucemia terminaban con sus uniformes teñidos de sangre. El Dr. Freireich descubre que la drástica caída de las plaquetas causa la muerte por hemorragia en los niños leucémicos y pacientes con cáncer. Luego de este monumental descubrimiento, junto a su colega, el Dr. Emil Frei III, da otro paso: combinar medicinas contra el cáncer usando la estrategia de que no hubiera efectos cruzados.

Esta decisión también fue recibida con una fuerte oposición. Dados los efectos colaterales por razón de la intensidad de la terapia, fue acusada de criminal, en más de una ocasión, por prominentes colegas.
Con el primer grupo de pacientes en remisión, la leucemia en niños es curada y los uniformes de las enfermeras de esas salas empezaron a permanecer blancos al final de la jornada.
Ni la leucemia en niños ni el cáncer volverían a ser lo mismo para la humanidad gracias a los infatigables esfuerzos de este Colón de la medicina, de este Quijote de la ciencia.
El Dr. Emil J. Freireich nació en Chicago en 1927, hijo de inmigrantes húngaros. De joven vivió en la pobreza, huérfano de padre a los dos años.
Su madre lo sostuvo trabajando en una fábrica, físicamente explotada para poder sobrevivir en aquellas conocidas en inglés como sweatshops. Ya hecho médico, y habiendo alcanzado estos descubrimientos, el Dr. Freireich se traslada, junto con el Dr. Emil Frei , a Houston, al MD Anderson Cáncer Center. Allí organiza el departamento de Developmental Therapeutics (D.T.), creado para cambiar y promover un mejor tratamiento del cáncer.
En 1965 organiza el que, en una década, se convirtió en el departamento más grande del mundo de investigación contra el cáncer, con expertos de más de 60 países, incluyendo Panamá.
Cuando yo llegué al DT ya había en la institución una representación de Panamá, la del eminente científico panameño, Dr. José María Trujillo, director de los laboratorios clínicos del MD Anderson Cáncer Center.
En DT se crearon numerosas terapias de combinación contra el cáncer, incluyendo el conocido régimen CHOP contra linfomas, terapias de combinación con adriamicina contra el cáncer de seno, por solo mencionar dos.
Conocí a el Dr. Freireich en 1974, cuando apliqué al MD Anderson. Mantuve una sólida relación con él, yo de discípulo y el de mentor, con rasgos paternales hasta los últimos años de su vida.
Mis actividades iniciales en DT fueron en la Sección de Immunoterapia con los Drs. Evan Hersh, Jordan Gutterman y Jorge Quesada. Volví a Panamá y, después de un breve periodo, regresé a Houston.

El Dr. Freireich me recibió como a un hijo pródigo, colmándome de oportunidades y apoyo. Como olvidarse de eso. Cuando estalla la crisis del Sida, el me encomia a trabajar en este modelo de inmunodeficiencia y carcinogénesis humana, como el proverbial “camino menos trillado” de Robert Frost, aludido en su poema The Road Not Taken.
Viajamos a reuniones científicas y estuvo en Panamá conmigo en dos ocasiones, la primera en 1978, cuando visitamos el país acompañados de ocho jefes de departamento del MD Anderson. Volvimos en los años 90.
El 5 de octubre de 2003, expertos mundiales en leucemia y cáncer estuvieron en Santiago de Veraguas en la Conferencia Internacional de Santiago de Veraguas con el respaldo del Dr. Freireich, ANCEC Capítulo de Veraguas, y los miembros de la comunidad liderados por el Dr. Doménico Melillo, el Lic. Osvaldo Ruíz y Belinda y Frank Pérez, con Belinda viva en nuestros corazones.
Numerosos panameños que han estado en Houston se beneficiaron del apoyo de los Doctores Freireich y Trujillo. Varios estudiantes y oncólogos fueron entrenados en Houston, como Ibrahim García, Rubén Fábrega y Julio César Restrepo.
¿Cómo medir el impacto de una persona como el Dr. Freireich? Hoy, a luz de los avances en terapia del cáncer, en el hecho de que pacientes con cáncer no mueren por tener las plaquetas bajas, y ver la proyección del Dr. Jim Allison, premio Nobel, por sus descubrimientos en la inmunoterapia del cáncer, esfuerzos en los que fue pionero el Dr. Freireich, sólo nos queda agradecer que vivió entre nosotros. Su legado: construir un mejor mundo.
Cuando resumo a el Dr. Freireich, en mi mente, pienso: “Fue un médico y sanó. Fue un guerrero y batalló. Fue un ser humano y, como tal, le importó la humanidad”.
