Salto en un pie. Nuestra fiesta del Corpus Christi, con su inquietante sincretismo, es enlistada en el Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
¿Por qué Inmaterial? Nadie me explicó ni pregunté sobre el susodicho adjetivo. Como si no fueran materia esos colorines de arcángeles y diablos de esos festejos, tradicionales en pagos panameños, empezando por el de la Heroica Villa, así bautizada por Simón el Caraqueño.
Se suma esa tradición secular a esa lista, en la que ya están la fabricación requintada del sombrero pintao y la intensa cultura congo. Nos hemos puesto coloridos. Ante mis ojos tengo el sombrero pintao y en El Vaticano Francisco tiene el suyo. Que no se me extravíen los gorros de la Black Community. Gracias, padre Karamañites.
El Corpus Christi hecho en Panamá, en casi todas sus provincias, y otras 34 tradiciones de otros Estados amplían esa lista, cada vez más añorada por la comunidad de casi 200 naciones que integran la Unesco.
Mi reconocimiento a la embajadora Elia Guerra y a mi colega Emma Gómez, quien teje esas propuestas, con un excepcional equipo desde una dirección creo que de salvaguardia patrimonial y otras yerbas, migrante, primero en el Ministerio de Comercio y ahora en el de Cultura.
Panamá ahora está más cerca de los panes, que la pandemia en algo beneficia, al ser parte de un comité seleccionador de la Unesco. Un espacio para entender cómo se mueven las maracas e ir incluyendo molas, dim sum, collar de chaquira, arrullos y cuanta sabiduría andante tenemos, más allá del barullo mediático. ¿No propones nada?
A no pocas personas les parecerá una pérdida de tiempo ese mérito. Se preguntarán: ¿Se come Corpus Christi? Con voz en cuello, alguien predicó en tiempo de colonia gringa que no se come soberanía. Hoy no quiero usar palabras de calibre al estilo Pérez Reverte, quien defendió a la RAE ante una persona que se quejó de una acepción del vocablo república (en Cataluña hay medio república). Al implicado en ese vocablicidio, le contestó el escritor: “Estimado imbécil”.
Esa lista se construye desde 2003 como un concurso. Aplica equis Estado con la documentación y evidencia bajo el brazo, y bien registrado el formulario. Es una lista de aquello que enaltece al ser humano: conocimientos, oficios, habilidades ancestrales, artes, danzas, deportes, música, cultura y tradiciones. Si concursas y ganas, estás en el deber de proteger, documentar y preservar la tradición.
Observación: no enviar metodologías de prácticas latrocidas y bribonerías.
Corpus Christi a la panameña. Es un baile con coloridas vestimentas y máscaras, a partir del rito católico. Una batalla entre el bien y el mal se escenifica en las calles. (En Natá, el baile de los santos homenajea la resurrección de Jesús).
Un arcángel batalla contra Satanás y sus guerreros. Todos bailan en procesión. Y se cierra con el pan sagrado (hostia) en homenaje al sacrificio de Jesús. Para un conservador, es irreverente, es sacrilegio. Al conservador que lo metan en lata de conserva, hoy desaconsejada por el nutricionista.
Amplían la lista 2021 la fiesta de San Juan (Venezuela), la danza Nora, acrobática y con cantos improvisados en honor a Buda y héroes. Data de 500 años en el sur de Tailandia.
La caligrafía árabe (con tinta de miel, hollín y azafrán), el adiestramiento en regiones de Europa y Asia de halcones y el espectáculo ecuestre marroquí. Caballar, ecuestre, cueste lo que cueste.
El autor es periodista y filólogo.
