A Hugh Grant no le gustan demasiado las entrevistas, pero forzando la sonrisa, se sienta a hablar de la película Florence Foster Jenkins, su último proyecto en un mundo que no le hace muy feliz.
“Soy encantador en algunas entrevistas y frío en otras”, cuenta en un hotel de Beverly Hills.
La faceta pública de Grant (nacido en Londres en 1960) no ha sido un camino de rosas. Siempre ha sido uno de los personajes preferidos de la prensa amarilla y hace unos años se convirtió en una de las víctimas de las escuchas del tabloide británico News of The World.
Pero, aunque es uno de los embajadores de la campaña “Hacked off” a favor de un periodismo responsable, no escapa a la paradoja por ser una de las celebridades que más cuenta sobre sí mismo.
En el programa Late Late Show, de su compatriota James Corden, explicó haber sufrido una crisis emocional que le tuvo llorando sin parar durante tres semanas.
“Cuando estás en este tipo de programas intentas contar algo gracioso, pero cometes errores catastróficos todo el tiempo”, afirma.
