La abuela tenía por costumbre referirse a alguien con el nombre de Fulano y uno se llenaba de curiosidad en conocer la identidad de aquel que era denominado de esa manera. En ocasiones, no era solo él, sino que también mencionaba Zutano, a Mengano y a Perencejo. Cada vez que se refería a ellos, una atmósfera de misterio circulaba en el ambiente familiar porque se escuchaba hablar de los personajes, sin llegar a saber a ciencia cierta quiénes eran.
Mucho se tardó en saber que cuando utilizaba estas voces, no se refería a alguno en particular o si era así, aludía a un desconocido, a quien no se podía identificar por su nombre. Entonces esa persona recibía este tratamiento. La Real Academia Española de la Lengua define como “Voz con que se suple el nombre de una persona, cuando se ignora o no se quiere expresar”.
Cada una de ellas se utiliza con igual propósito. Pero lo curioso es su etimología. Fulano proviene del árabe ‘fulan’, que significa “un tal”. Como ejemplo tenemos: Hace un rato vino un fulano y preguntó por ti. En ocasiones tiene un sentido despectivo; como en el caso: Ese fulano se ha burlado de nosotros y las pagará. O también en Cualquier fulano llena ese formulario temprano. Su uso en el femenino, tiende a connotar la idea de prostituta.
Sobre Zutano, resulta que es un complemento al primero y, a veces, “en contraposición de fulano y mengano”. Ejemplo: Un fulano te dejó unas pruebas; pero después, un zutano vino y las retiró. Proviene de la palabra ‘citano’ y esta se cree que tuvo su origen en el término latino ‘scitanus’, que quiere decir “sabido”.
Con relación a mengano, se utiliza en complemento de fulano, pero siempre se menciona después de este vocablo. Tiene su origen también en árabe ‘man kᾱn’, que significa “quien sea”. Ejemplo: Han llegado aquí fulano, zutano y mengano con aportes para el almuerzo.
Una cuarta voz, perengano, se utiliza con el mismo objetivo y junto a las otras de uso indeterminado. Se aplica mucho por su coincidencia en cuanto a las terminaciones semejantes. Sin embargo, existe también otra forma que se emplea en Colombia y en Panamá: ‘perencejo’. En el The Free Dictionary, se dice que proviene de la expresión ‘Pero Vencejo’, que alude al “apodo del labrador típico”.
El Diccionario Venezolano también emplea los derivados Perencejo y Sutanejo; que se escucha en ocasiones a escala coloquial. “No vengas a mi fiesta con el fulano, ni perencejo ni sutanejo”.
Fulano en algunas lenguas equivale a cualquiera; a un Juan Pérez, por ejemplo. Por esa razón cuando se utiliza en inglés con relación a alguien desconocido, se dice A Mr So and so, según algunos diccionarios y la opinión del académico Martín Jamieson. Ejemplo A Mr. So and so came to see you (Un fulano vino a verte). Alguien (somebody), un desconocido (some guy), cualquiera (anybody); todas esas expresiones pueden sustituir a ‘fulano’ en inglés. Igual, Any Tom, Dick or Harry.
El uso de estas voces es sumamente antiguo. Algunos las han encontrado en textos bíblicos: “Él les contestó: –Vayan a la ciudad, a casa de Fulano, y díganle: El Maestro dice: ‘Mi hora está cerca, y voy a tu casa a celebrar la Pascua con mis discípulos’”. (Libro de Mateo).
En la página elcastellano.org se establece: “El primer registro en castellano aparece en el Fuero de Avilés, en 1155, mientras que en lengua portuguesa sólo se observa en el siglo XVI, proveniente del español y no del árabe”.
Desde tiempos inmemoriales se aprecia su utilización y durante la edad media; como la constata este fragmento: “…y el dicho fulano ciñó una espada, y así ceñida la dicha espada, el dicho fulano la sacó de la vayna i y teniéndola en la mano desnuda…” (Francisco Ruiz de Vergara Alava - 1655).
Más modernamente también se puede encontrar en textos narrativos. “-Te lo daremos, te lo daremos-gritaba con emoción sincera el fulano del sombrero amarillo”. (Pedro José Ramírez Codina y Marta Robles).
Estas voces son herramientas guardadas en el repertorio popular y que ayudan en la comunicación cotidiana. Por eso la abuela hacía gala del recurso.
El autor es docente