La nueva película Host está siendo un fenómeno y muchos ya la denominan como la mejor película de terror de este atípico año.
El film está siendo recomendado de espectador a espectador como la gran sorpresa; una película que no solo se adaptó a las limitaciones de la actual pandemia, sino que utilizó precisamente esas “nuevas reglas del juego” a su favor, para contar una historia clásica de fantasmas, en un contexto actual y tecnológico.
Dirigida por Rob Savage, Host fue estrenada el pasado 30 de julio en el servicio de streaming Shudder y su efervescencia la ha extendido a mayores plataformas como Amazon Prime.
Host invita al espectador a una reunión en la plataforma Zoom, en boga desde el inicio de la pandemia, en la que un grupo de amigos descubrirá que hay más que temer dentro de sus propias casas, que en la calle, donde reina el coronavirus.
Guionistas y elenco
Además de dirigir la película, Rob Savage es coescritor del guion de ‘Host’ junto con Gemma Hurley y Jed Shepherd. El reparto lo integran Haley Bishop, Radina Drandova, Edward Linard, Jemma Moore, Caroline Ward, Emma Louise Webb, Alan Emrys, Patrick Ward, Jinny Lofthouse, Seylan Baxter, Jack Brydon y James Swanton.
Si bien la premisa no es de todo original, ya que cintas como Unfriend (2015) pisaron el terreno de las videollamadas para asustar desde la cotidianidad, Savage logra sacarle mayor provecho a la aplicación y utiliza los recursos disponibles para crear una versión más actual de la saga Paranormal Activity (2009 - 2015).
En los 57 minutos que dura la historia, el director no solo hace constantes referencias al cine de género, sino que lo reinterpreta, dejando como resultado algunas escenas que abren toda una serie de posibilidades a futuros filmes y sustos que son difíciles de olvidar.
Savage juega con la cuarentena y el distanciamiento, para retratar una realidad que experimentan muchas personas: ¿Qué hacer cuando no puedes salir pero tampoco permanecer en casa? Y es que si quitamos el lado paranormal de la cinta, queda la realidad de las historias de violencia intrafamiliar o de vecinos desconsiderados, entre otras situaciones, que hacen que el encierro sea, además de agobiante, una pesadilla.
Ahora, hay que aclarar que no estamos ante un filme revolucionario o una cinta de terror puro. Es una película entretenida, con escenas que sacan un par de sustos, pero cuyo empuje se encuentra en el contexto social actual y, posiblemente, con el tiempo pierda la relevancia que tiene hoy.

Entre sus fallos, como en muchas otras cintas de terror, está el querer demostrar su presupuesto en efectos especiales innecesarios, que si bien tienen buena calidad, le restan la credibilidad que la sencillez puede ofrecer. Porque las escenas más memorables de la película son aquellas en las que la tecnología participa como un apoyo y no como el centro del momento.
También tiene en contra su formato (cámara en mano) que no es del agrado de todo el público, aunque es precisamente esta condición la que la hace una de esas pocas películas que se disfrutan más en casa, a través de un computador o teléfono móvil, que en la sala de cine.
Sobre si es la mejor película de terror del año, es un poco temprano para decirlo, teniendo en cuenta que en el debate figuran filmes como The Invisible Man o los próximos estrenos de las secuelas de Train to Busan y A Quiet Place. Lo que sí es seguro es que tendrá su puesto entre los primeros lugares. Lo demuestra su puntaje perfecto registrado en el portal www.rottentomatoes.com, con 100% de aprobación de la crítica.
Medios como The New York Times, The Guardian o Empire la describieron como un “producto original y repleto de adrenalina”, que “observa con asombro cómo colisiona el mundo de lo sobrenatural, lo efímero y lo material” y que “demuestra lo que se puede hacer en estos tiempos difíciles”.

