El uso no apropiado o indiscriminado de fármacos, como los antibióticos, es apenas uno de los múltiples factores que conllevan a que algunos microbios —como las bacterias— sean incurables y causen la muerte.
Este fenómeno es conocido como “resistencia microbiana” o “resistencia a los antimicrobianos”.
Existen muchos otros, entre los que están el abuso de antibióticos por parte del personal médico y el uso de antimicrobianos en la cría de animales, enumeró el médico colombiano Aurelio Otero, un expositor del XIV Seminario Latinoamericano de Periodismo en Ciencia y Salud, celebrado en Boston, Estados Unidos (EU).
TIPOS DE BACTERIAS
Las bacterias que causan infecciones se clasifican en Gram positivas (como Enterococcus faecium, Staphylococcus aureus y Clostridium difficile) y Gram negativas (Acinetobacter baumannii, Pseudomonas aeruginosa, Escherichia coli, Klebsiella pneumoniae y Enterobacteriaceae species), siendo las últimas las que representan el mayor problema de salud pública, mencionó el especialista.
Existe una necesidad médica urgente de tener medicamentos apropiados para tratar estas últimas.
“Las bacterias Gram negativas pueden tener sexo y a través de este se pasan los plásmidos, que son los genes que conllevan a la resistencia al antibiótico; estas son muy adaptativas, lo que genera una alta resistencia”, explicó Otero.
A su juicio, la tendencia mundial del crecimiento de la resistencia bacteriana está fomentando un fenómeno llamado como “la tormenta perfecta”, es decir: “se están creando bacterias muy resistentes y cada vez hay menos antibióticos para tratarlas”.
En este sentido, Otero agregó que “si se empieza [a utilizar] mal el antibiótico [en un paciente con una infección bacteriana], se le estaría restando supervivencia”.
Las cifras hablan por sí solas. El hecho de padecer una infección por Pseudomonas aeruginosa resistente incrementa el riesgo de muerte entre 1.8 y 5.4 veces y se incrementa las probabilidades de estancia hospitalaria entre 5.7 y 6.5 días, indicó el médico.
Los costos atribuibles a ese mismo paciente infectado con Pseudomonas aeruginosa resistente durante su estancia hospitalaria se podrían traducir entre 12 mil a 32 mil dólares.
MÁS EDUCACIÓN
Por ello, se necesita una mayor educación sobre el uso correcto de los fármacos antimicrobianos, quien aboga para que en los diversos países se establezcan controles que fomenten “el uso racional de los antibióticos”.
Ese uso racional, en palabras de Otero, se logra con la selección del antibiótico correcto en determinado paciente, para lo que primero se debe identificar qué tipo de bacteria afecta a la persona.
Así mismo, el antibiótico debe ser utilizado con la duración correcta y se debe utilizar la ruta de administración y dosis apropiada.
Solo velando por el buen uso de los antibióticos, a través de la educación, se podrá hacer frente a esta amenazada de salud pública, reflexiona.

