El delegado del Gobierno en la región española del País Vasco, Carlos Urquijo, solicitó a la empresa norteamericana Valve Corporation que no saque al mercado un videojuego nuevo en el que el jugador se pone en la piel de un grupo terrorista que evoca a la banda terrorista ETA. Urquijo denunció que el juego, llamado Counter-Strike: Global Offensive, “es un disparate absoluto” y “una humillación para las víctimas de ETA”.
El videojuego que generó la polémica es una nueva versión del original Counter Strike, que cuenta con millones de jugadores activos.
Al igual que en el videojuego inicial, enfrenta a dos facciones, terroristas y antiterroristas, que disponen de nuevas armas y objetos como el coctel molotov o las granadas señuelo.
El videojuego, desarrollado en colaboración con Hidden Path Entertainment, no cita expresamente a ETA, pero entre las facciones de grupos terroristas que incorpora aparece un grupo que recuerda a ETA, ya que sus miembros se cubren con capucha blanca y txapela (gorra típica del País Vasco).
El delegado del Gobierno en el País Vasco calificó el videojuego de “inmoralidad”, y opinó que probablemente se haya debido “a un desconocimiento” por parte de la empresa que lo ha diseñado. Urquijo se refirió también a la definición que se da al grupo que simula a ETA dentro del juego, “facción minoritaria europea” y “separatista”, y pidió que no se ponga a la venta en estos términos.
En el juego también compiten grupos antiterroristas como el FBI, IDF, SAS o SWAT contra piratas somalíes, grupos terroristas de los Balcanes y anarquistas.
